Lo que realmente está detrás de la primera panadería “ocupada” por el Gobierno
La toma de la panadería Mansion’s Bakery por parte del gobierno causa indignación y conflictos entre los ciudadanos, reseñó El Nacional.
Este viernes las personas que acostumbraban hacer las colas para comprar pan manifestaron su descontento, pues el comercio ubicado en la avenida Baralt está ocupado desde hace tres días por funcionarios de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), integrantes de los Comités Locales de Abastecimiento y Distribución (CLAP) e incluso colectivos, según denuncias de los trabajadores y de la comunidad.
José Matías, uno de los residentes de la zona, aseguró que anoche llegaron unos colectivos armados al sitio y amenazaron a quienes se encontraban frente al local, que ahora se llama “Minka” y muestra una nueva fachada. A juicio del ciudadano, tras la “ocupación temporal” se agravará la escasez de pan.
“No hay pan porque se está haciendo aseo”, dijo una persona de la junta interventora frente al negocio. Sin embargo, minutos después extrajeron varios sacos con canillas, los subieron a un vehículo particular y se los llevaron, lo que avivó el disgusto de los ciudadanos.
“Ellos lo que están haciendo es comiéndose toda la mercancía. Se llevan los panes en camiones”, denunció Ramona Morillo, empleada del sitio.
Las puertas del negocio permanecieron cerradas este viernes, ni siquiera a los empleados se les permitió ingresar. Una de las trabajadoras, que teme perder el empleo porque está embarazada, detalló que los funcionarios de la Sundde fiscalizaron el martes y el miércoles llegó la junta interventora.
Narró que cuando intentó ingresar el miércoles en la tarde un colectivo la amenazó con llevarla detenida. Agregó que el dueño del local no se ha comunicado con los trabajadores desde el lunes, se desconoce su paradero.
Emilio Dos Santos, empleado desde hace 25 años en el lugar, declaró que los dueños del negocio trabajaron durante años para mantener la panadería, por lo que le parece injusta la ocupación por parte del gobierno. Durante su declaración fue increpado por otra persona, quien lo amenazó con poseer un arma de fuego y con “enviarle” los colectivos.
“El proceso de fiscalización fue fatal, a nosotros nos cayó mal porque es nuestra fuente de trabajo. Esa no es la solución para abastecer, aquí se vendían 18 sacos de pan diario, desde las 8:00 am”, sostuvo Andri Armado, ayudante de pastelero.
Acotó que los precios estaban regulados, cumplían los requisitos sanitarios y fumigaban para mantener la higiene en el lugar.
Ramira Dávila, miembro del CLAP Arturo Michelena y del equipo interventor, no tiene la misma opinión. Dijo que en la panadería había acaparamiento, especulación e insalubridad producto de una “guerra económica”.
“Aquí vendían un cachito en 3.800 bolívares, ayer se vendieron en 1.500 bolívares con las mismas condiciones (…) Abrimos de acuerdo con la provisión que tenemos; será única y exclusivamente distribuido a través de los CLAP”, agregó Dávila.
Hoy hubo una reunión entre un representante de la junta interventora y los trabajadores en la calle, frente al negocio. El representante del gobierno indicó que la ocupación del comercio se oficializó este viernes.
Un ciudadano “interrogó” al funcionario: “Si tienes una nómina de 25 empleados, ¿les puedes pagar al vender los panes a 80 bolívares? Un personal que tiene 8 o 10 años, ¿cómo lo arreglas?”. La respuesta fue: “Cuando tenga el negocio te aviso, si no sabes lo que se está haciendo mejor que no opines”.
Los ciudadanos criticaron la medida. Aseguran que aunque antes se hacía cola, distribuían pan dos o tres veces al día. Coincidieron en que si había irregularidades lo recomendable era aplicar una multa y dejar una advertencia, “pero no quitarle su negocio”.
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