Revelan detalles de autora del cuádruple asesinato de tres niños y una mujer
Darlin Oviedo, madre de Dayerling Marín, quien fue asesinada junto con sus tres hijos el viernes 16 de junio, relató la escalofriante historia de cómo la homicida de su hija y sus nietos llegó a ser querida en el seno de su familia. Cabe recordar que los cuerpos de Dayerling y sus tres pequeños fueron hallados semanas después de que habían desaparecido en la urbanización La Raiza, en Santa Teresa del Tuy, enterrados en la zona.
Dayerling Marín, de 31 años de edad, era secretaria del Hospital Clínico Universitario y tenía tres hijos de 9, 10 y 14 años de edad, uno de ellos en situación especial, con retardo mental moderado y autismo. Marín sufría desde 2013 de hiperplasia modular focal (un tumor benigno que se desarrolla en el hígado, mayormente en mujeres entre 20 y 50 años de edad) y de hepatomegalia de grado 3 (agrandamiento del hígado), entre otras complicaciones. Por ello la operaron, quitándole la mitad del órgano.
Debido a ese precario estado de salud que la llevó a estar hospitalizada en el Universitario, su familia utilizaba las redes sociales para solicitar medicamentos y sangre. Por ese medio, de acuerdo a lo que contó Darlin Oviedo, fue como Stefany Martínez, de aspecto varonil y con marcados gestos masculinos, chef en un restaurante en Baruta, conoció a Marín hace aproximadamente nueve meses.
Martínez pronto se prestó a ayudar en todo lo que pudiera a la familia, encontrándole los insumos que necesitaba y atendiéndola de manera diligente. La asesina le relató su historia personal a la mamá de la víctima, asegurándole que había sido violada por siete hombres y que sus padres no la querían. Debido a que Oviedo había perdido dos años atrás un hijo que padecía esquizofrenia, se compadeció de ella y la aceptó como “una hija más”.
Luego que Marín fuera dada de alta, según Oviedo, y por la ayuda incondicional de Martínez, le permitió quedarse en la casa de la abuela materna donde vivía con sus tres hijos, en la urbanización La Raiza en Santa Teresa del Tuy. A partir de ese momento, Martínez cuidaba con más dedicación a Marín: la bañaba, la trasladaba a un hospital cuando se complicaba su cuadro de salud y vomitaba sangre, le preparaba comida y atendía a los niños.
Dado que Martínez era lesbiana, ella comenzó a “obsesionarse con mi hija”, afirmó Oviedo. “Ella le decía a mi hija que era su mujer, pero no le veía nada malo. Yo acepto a las personas como son”, aseveró.
La obsesión. Los deseos de Stefany Martínez fueron más allá. El viernes 16 de junio, Oviedo llamó a la casa donde vivía su hija y le atendió Martínez diciéndole que en ese momento Dayerling no le podía hablar porque tuvo que llevarla al médico.
Así pasaron los días hasta que a Oviedo le extrañó la situación y denunció la desaparición al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas. Cuando los funcionarios se presentaron en la urbanización, en la segunda etapa casa número 85, un vecino les notificó que debido a la lluvia la tierra se desplazó y dejó al descubierto las manos de un infante.
Desenterraron los cadáveres y constataron que la mujer tenía heridas hechas con objetos punzopenetrantes y los niños tenían marcas de estrangulación. Llevaron los cuerpos a la morgue de Bello Monte donde le realizaron estudios odontológicos y antropológicos.
De acuerdo con Oviedo, Martínez había preparado un cóctel con los medicamentos que su nieto tomaba y los mezcló con avena. Después se los dio de tomar a los niños y estos quedaron dormidos. Luego los estranguló y amordazó. Posteriormente atacó a Marín con un cuchillo. Ella intentó defenderse.
“No digo que se implemente la pena de muerte, pero a la gente que asesine y viole que le den cadena perpetua. Ella tiene 21 años y cuando tenga 51 saldrá libre”, concluyó Darlin Oviedo.
Fuente: El Nacional