Presuntamente ocultaron casos de difteria para “no dañar la revolución”

Casos de difteria fueron ocultados para no afectar la imagen política del Gobierno | Foto: Correo del Caroní

Según nota de Correo del Caroní, la reaparición de la difteria, luego de 24 años erradicada de Venezuela, no es un hecho aislado sino que es la consecuencia del descontrol sanitario del Gobierno nacional  regional aunado a la corrupción en empresas del Estado encargadas de la producción de vacunas. 

El último registro de difteria en el país data de 1992. 

El Gobernador de Bolívar, Francisco Rangel Gómez habría confirmado que en Bolívar había difteria. Mucho después de que el  Ministerio del Poder Popular para la Salud anunciara un plan de vacunación. 

¿Por qué ocultarlo?

El inesperado brote ha alarmado a muchos que todavía se preguntan el porqué se ocultó la información a la población. 

Y siguiendo la información del diario, la coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización del Ministerio del Poder Popular para la Salud, Marisol Escalona, confirmó muertes por culpa de la difteria. Y al  mismo tiempo, alertó al respecto de que  no se podía hablar sobre el caso para no dañar la imagen del gobierno. O, en palabras más textuales, para no dañar la revolución.

Es decir, que el Gobierno no podía alertar una información tan importante como ésta porque se iba a ver afectado. 

Este miércoles el hospital pediátrico colapsó por la cantidad de pacientes con la patología. La directiva del recinto cerró sus puertas a fin de evitar un contagio masivo. Especialistas del municipio Guaicaipuro sospechan que la difteria pudo ingresar al país por la frontera con Brasil, reseñó El Nacional. 

Por su parte el diputado Américo de Grazia denunció que el Gobierno implementa vacunas cubanas para casos tan delicados como estos, y en años anteriores se utilizaban vacunas importadas de Francia y Estados Unidos. 

“La reaparición de la difteria en Venezuela, y de modo particular en Guayana, guarda relación con el monopolio de la vacunas cubanas y la corrupción. El régimen monopoliza las vacunas de la difteria con Cuba, restringe el mercado y favorece el contrabando. Quien paga los platos rotos es el pobre”, explicó De Grazia. 

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