Álvarez carga contra Almagro por su “histérica obsesión” con derrocar a Maduro
La delegación de Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó hoy lo que considera una “histérica obsesión” del secretario general, Luis Almagro, por derrocar al presidente del país suramericano, Nicolás Maduro.
“No sería extraño verlo como miembro de la oposición venezolana en cualquier momento marchando junto a ellos, como parte de su histérica obsesión con el derrocamiento del Gobierno venezolano”, afirma el embajador de Venezuela ante la OEA, Bernardo Álvarez, en una carta remitida hoy a la prensa.
Este pronunciamiento, el último en una extensa lista de desencuentros entre el Gobierno de Maduro y Almagro, llega después de que el martes el secretario general de la OEA volviera a emitir un comunicado duro con Caracas, en el que denunció el “recrudecimiento de la represión y de las violaciones de derechos humanos” en los días previos a la marcha de protesta opositora de hoy en Venezuela.
“Nuevamente, el señor Almagro insiste en prácticas injerencistas, sin mandato alguno, que lo han convertido en un actor político parcializado en Venezuela, llegando al colmo de solicitar un extraño papel de observador de una marcha de la oposición venezolana”, señala Álvarez.
Almagro ofreció a Venezuela hace unas semanas enviar alguna fórmula de observación de la OEA a la marcha de protesta opositora, una propuesta que el chavismo rechazó como ha venido haciendo desde hace una década, cuando dejó de permitir la observación electoral del organismo.
“Aparte de que tal observación no está prevista en la normativa electoral venezolana, no existe un observador más peligroso y menos imparcial que el señor Almagro”, apunta el embajador venezolano en su misiva, dirigida al presidente de turno del Consejo Permanente de la OEA, el embajador de Bahamas, Elliston Rahming.
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Álvarez considera que Almagro, que encabeza la OEA desde mayo de 2015, “se ocupa casi exclusivamente de ejecutar un plan claramente destinado a socavar el gobierno constitucional de Venezuela”.
El embajador ve además “muy sospechoso que Almagro responsabilice ‘a priori’ al Gobierno venezolano de cualquier acción violenta que suceda en la manifestación convocada por la oposición”.
“Este accionar de Almagro lo ubica claramente detrás de cualquier plan violento que promuevan los sectores radicales, que él auspicia y defiende, durante su propia marcha”, sostiene Álvarez, que termina su carta con un: “¡Basta ya de la campaña de Almagro contra el Gobierno de Venezuela!”.
Ayer, el presidente de Bolivia y aliado de Caracas, Evo Morales, envió otra carta al presidente del Consejo de la OEA en la que pide “acciones y decisiones” para que Almagro deje de “agredir” a Venezuela.
En el debate posterior a la lectura de la misiva en el Consejo de la OEA de ayer solo participaron las delegaciones de Venezuela y de Nicaragua, las otras dos que junto con Bolivia llegaron a pedir en junio la renuncia de Almagro en la sesión de la OEA sobre la Carta Democrática, un proceso que podría tener como última consecuencia la suspensión de Venezuela del organismo.
Ningún otro país, ni naciones aliadas de Venezuela como Ecuador o un buen grupo de las del Caribe, tomaron la palabra para pronunciarse sobre este asunto, como tampoco lo hizo Almagro.
EFE