Asesinó a su madre y luego cocinó y comió partes del cuerpo

Las autoridades judiciales de Madrid, capital de España, se reunieron para definir en principio el futuro de Alberto Sánchez Gómez, un joven acusado de asesinar a su madre y luego cocinar y devorar partes del cuerpo.

En el estrado comparecieron los agentes que, en su momento, se encargaron de capturarlo.

Ellos vivieron una difícil experiencia dado que Alberto habló, sin escatimar en detalles, sobre su crimen. Desde que los oficiales llegaron a la casa el asesino contó casi todo lo sucedido.

No en vano el acusado empezó a ser denominado como ‘el caníbal de Ventas’.

Los hechos

En febrero de 2019, varios agentes de policía acudieron a una residencia del barrio Las Ventas, en Madrid, para atender un llamado de emergencia: una vieja amiga de la señora que vivía en esa casa estaba preocupada dado que no la veía hace muchos días.

Alberto S.G. abrió la puerta como si nada.

Los oficiales comentaron la situación y solicitaron la presencia de la mujer del hogar. Pidieron, con amabilidad, que saliera la mamá de Alberto.

El joven, de 26 años en ese entonces, se negó a la petición. Él justificó su negativa lanzando una afirmación que dejó fríos a los policías: “mamá está muerta”.

Uno de los oficiales se quedó con el muchacho para evitar su huida –cosa que nunca pasó por la cabeza de Alberto, quien, más adelante, empezaría a contar su relato de forma minuciosa– mientras otro inspeccionaba la casa.

La abominable escena fue descrita en los tribunales este martes 20 de abril, cuando arrancó el juicio en contra del ‘caníbal de Ventas’.

Según los oficiales, el cuerpo de la mujer, o lo que quedaba de este, yacía sobre la cama de uno de los cuartos. Tanto en la cocina como en las otras habitaciones había recipientes sellados con fragmentos del cadáver.

El joven tenía un sinnúmero de portacomidas llenos de carne humana.

En uno de estos, dijo un oficial, estaba el corazón de la mujer.

Alberto les dijo a los oficiales que separó de ese modo el cadáver con el fin de consumirlo de forma paulatina. De hecho, en ocasiones compartía la tenebrosa merienda con su perro.

Otros rincones de la residencia estaban cubiertos de sangre y había leves señales de pelea.

Cuando Alberto fue detenido, después de la respectiva inspección oficial a esa casa de los horrores, contó que estranguló a su madre a finales de enero de ese año, mientras ella preparaba el desayuno. Relató, sin mucho titubeo, que se acercó por la espalda de la mujer y la asfixió en cuestión de instantes.

Tras ello comenzó su actividad caníbal.

“Ella me hacía la vida imposible”, puntualizó.

El 23 de febrero de 2019, Alberto estaba, oficialmente, bajo custodia policial por asesinato. El barrio Las Ventas se alertó luego de conocer que uno de los jóvenes del vecindario había asesinado y devorado a su propia madre.

Desde ese día y hasta este 20 de abril, Alberto relató los procedimientos utilizados tanto para el asesinato como para el descuartizamiento. Además, dio a conocer, mediante su abogada asignada, las presuntas razones que lo llevaron a cometer el atroz crimen.

Las voces en su cabeza

En los momentos posteriores a su captura Alberto les contó varias cosas a los oficiales.

Fue enfático en las características de las herramientas utilizadas y en los métodos de corte del cadáver. Indicó, además, que solía pelear con su madre.

“Pero nos la llevábamos bien”, dijo.

Durante la investigación se conocieron otros detalles. Por ejemplo, se supo que Alberto frecuentaba un expendio de drogas para consumir hachís y otros alucinógenos. Más adelante, según el seguimiento a la salud mental del asesino, él tuvo una suerte de shock y olvidó por completo varios de los detalles narrados en el momento de su captura.

De hecho, acusó a unas voces en su cabeza de llevarlo a cometer el delito.

‘El caníbal de Ventas’ permaneció en custodia hasta que este 20 de abril, más de dos años después de su detención, se reanudó el juicio en su contra.

Testificaron los oficiales vinculados al caso y otros especialistas que visitaron la casa de Alberto. Ellos dieron a conocer que, tras la primera inspección policial, hallaron otros restos en distintas partes de la residencia. Había, por ejemplo, vestigios de manos en el cuarto, un diafragma en una olla y trozos de muslo en bolsas de plástico.

Uno de los policías aseguró que, tras la detención, la preocupación esencial de Alberto era su perro. Incluso el paradero y la custodia del canino fue uno de los temas tratados durante la comparecencia.

Alberto, por su parte, indicó que escuchaba voces amenazantes en su cabeza. Estos susurros etéreos le decían, entre otras cosas, que acabarían con su vida. Además, le advertían que era él quien debía asesinar para salvar su pellejo.

Tras ello se hizo un minucioso recuento de su juventud en busca de respuestas.

Se supo que Alberto empezó a escuchar las voces a los 15 años cuando, debido a una insuficiencia urinaria, sufría burlas por parte de sus compañeros de escuela. La inactividad académica y laboral lo llevaron a una vida en la calle. Él, incluso, tenía una orden de alejamiento de casa de su madre, sin embargo, ella solía recibirlo para que no durmiera a la intemperie.

El hermano de Alberto indicó que en muchas ocasiones intentó ayudarlo con su problema con los alucinógenos, sin embargo, todo esfuerzo fue infructuoso.

Vale resaltar que una de las peticiones judiciales es que Alberto indemnice con 90 mil euros (casi 400 millones de pesos colombianos) a su hermano por el daño psicológico.

Para ‘el caníbal de Ventas’, en suma, se piden 15 años de cárcel por homicidio agravado y 5 meses por profanación de un cadáver.

El juicio continúa.

 

Con información de El Nacional

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