Ante el aumento de fallecidos, el presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, ordenó conformar una fuerza de tarea conjunta para poder sepultar a los fallecidos, pero la realidad es que la cantidad de cadáveres que han estado en las calles y domicilios de los ecuatorianos pueden traer consecuencias graves.
El nivel de descomposición de los cadáveres de personas que murieron por el virus es más rápido que en otras regiones de Latinoamérica por las altas temperaturas.
Vía Maduradas, con información de La Patilla.