¡De ficción! Científicos guardaron un Gif en el ADN de una bacteria
‘Muybridge, El caballo en movimiento’ fue una de las primeras animaciones de la historia y precursora del cine en el siglo XIX. Ahora el GIF que surgió de esta animación de 1887 también será conocido como el primer GIF en ser almacenado dentro del ADN de una célula viva, publica La Vanguardia.
Según un estudio publicado en la revista Nature, un equipo de la Universidad de Harvard ha conseguido guardar esta animación en el ADN de bacterias fecales. Los científicos del grupo han utilizado las moléculas del ADN como soporte para almacenar información codificada que después han podido recuperar.
Para lograrlo, los científicos transfirieron las imágenes del GIF a nucleótidos, los ‘ladrillos básicos’ de los que se compone el ADN. Lo hicieron con un código que guarda cada píxel individual de las imágenes mediante el sistema de codificación CRISPR-Cas9, conocido como ‘bisturí molecular’ por su gran precisión a la hora de editar el genoma.
El sistema CRISPR-Cas fue desarrollado en 2012 por Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier y ha significado una revolución en el campo de la biología. El ‘bisturí molecular’ ha demostrado que es posible registrar información en grandes cantidades dentro de un ser vivo.
La especie de bacteria elegida para conservar el GIF fue Escherichia Coli, un microorganismo que se puede encontrar en el tracto intestinal de humanos y otros animales, y que es muy utilizado en laboratorios.
Para recuperar la información codificada, es decir “descargar” los datos guardados en el ADN de estas bacterias, los científicos sólo tuvieron que secuenciar su genoma. Las imágenes y el GIF fueron reconstruidos utilizando esta tecnología que permite leer el ADN. Los resultados demostraron una precisión del 90%, según el artículo publicado en Nature.
Hace tiempo que está claro que el ADN es un excelente soporte de datos, ya que es la molécula que porta la información genética de los seres vivos. Además, hace cinco años el mismo equipo de Harvard logró almacenar un libro entero en ADN, pero con la diferencia de que la célula no estaba viva.
Este descubrimiento abre la puerta a nuevos usos para las bacterias, ahora que se puede manipular su ADN y añadir información a su genoma con tanta precisión. Las bacterias modificadas podrían utilizarse en campos como la medicina, la agricultura, la alimentación o el medio ambiente.