Gustavo Dudamel: “No se puede imaginar cómo me duele mi país”
El prestigioso director de orquesta Gustavo Dudamel, que el viernes dará un concierto junto a la Orquesta Sinfónica de Galicia y el Orfeón Donostiarra en la plaza del Obradoiro, ha afirmado sobre su Venezuela natal: “No se puede imaginar cómo me duele mi país”.
Dudamel ha comparecido este miércoles en rueda de prensa con motivo de su participación en la iniciativa Palabras para Galicia, que promueve la entidad financiera Abanca, la cual además se encarga de la organización de este concierto y de varios encuentros del director con músicos y jóvenes en los días previos.
El músico, que el pasado 1 de enero se convirtió en el director de orquesta más joven que condujo la Filarmónica de Viena en el tradicional concierto de Año Nuevo, ha respondido a los periodistas sobre la situación política de Venezuela.
“No se puede imaginar cómo me duele mi país. A pesar de estar viajando por el mundo, soy demasiado venezolano“, ha aseverado, antes de añadir que ve a Venezuela sumida en un momento de “mucho ruido”, en vez de aprovechar sus potencialidades para crecer y dar bienestar a todos sus ciudadanos.
“Lo más importante en este momento es encontrar esos puntos de encuentro, esos puntos de unión para que Venezuela pueda nuevamente encaminarse por un sendero de productividad y de paz“, ha considerado Dudamel, en el sentido de que, después de haber “tocado fondo” a raíz del conflicto desatado, se pueda converger y también “desarrollar herramientas importantes” para un futuro de convivencia que deje atrás la “división” imperante.
El mejor homenaje -ha concluido- para todos los muertos en el conflicto es “buscar el camino para salir” del mismo.
En el concierto del viernes, Dudamel dirigirá la “Novena sinfonía”, de Beethoven, que ha definido como “la mejor obra para un encuentro como este”, una melodía a favor de la fraternidad y la solidaridad en una ciudad “emblemática” y “milenaria”.
Ha incidido en la importancia de que el concierto sea en una plaza, ya que, aunque disminuyan las cualidades acústicas, supone una “oportunidad de inclusión, de llevar la música a otros niveles” y “romper esos muros” que relegan a la música clásica a unas élites minoritarias.
“Cuando se hace masivamente -un recital de música clásica-, cobra una dimensión importantísima”, que coincide de lleno con la intención de Dudamel de hacer extensivo el arte a toda la población y permitir que forme parte del desarrollo de todos los individuos.
En este sentido, ha puesto como ejemplo su país, donde “por muchos años fue difícil” hacer triunfar un proyecto de implantación de la música clásica, que empezó con una decena de niños para únicamente dos orquestas y que, a día de hoy, integra a más de 700.000 jóvenes en decenas de agrupaciones repartidas por todo el país.
El carismático director se formó en el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, que fue galardonado en 2008 con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y que, fundado por José Antonio Abreu, es referente mundial de la formación musical para jóvenes.
“La música está moviendo un país”, ha sostenido, “especialmente en un momento tan complejo como el que está viviendo”, en el que priman el “conflicto” y el “desencuentro” frente a la unidad.
El director de orquesta ha comparecido ante los medios acompañado por el consejero delegado de Abanca, Francisco Botas, y por el gerente de la Orquesta Sinfónica de Galicia, Andrés Lacasa.
EFE
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