Alertan que Venezuela desciende cada día “un escalón más hacia el infierno”
Venezuela desciende cada día “un escalón más hacia el infierno” y su “proceso de destrucción” no tiene precedentes históricos. Este ha sido el resumen de un encuentro de expresidentes iberoamericanos y empresarios realizado en Buenos Aires, y que tuvo a Mauricio Macri como invitado especial.
Venezuela es el tema ineludible cada vez que coinciden en un mismo espacio líderes regionales, en este caso reunidos por el Círculo de Montevideo, un grupo de pensamiento político creado por el uruguayo Julio María Sanguinetti en 1996.
“Sigo sin ver la salida en Venezuela, siempre parece que hay un escalón más hacia el infierno. Hace tres años nos preguntábamos ‘cuanto peor puede estar’ y ahora la situación es catastrófica”, dijo Macri.
El expresidente del Gobierno español Felipe González también planteó un escenario donde “la gente pide en la calle algo tan raro como la libertad, comer y tener alimentos”. Y para el brasileño Fernando Henrique Cardoso la situación no podría ser peor porque “en Venezuela el poder militar se jugó por Maduro y eso cambia los términos de la cuestión”.
De la charla participaron también el propio Sanguinetti y el expresidente Ricardo Lagos, recién retirado de la carrera por un nuevo mandato en Chile.
El desafío de los políticos de gobernar un mundo que funciona bajo la lógica de las nuevas tecnologías fue el eje inicial del debate, pero pronto apareció Venezuela como tema menos teórico y más urgente.
El primero en sacar la cuestión fue González. El español se mofó de los diálogos del presidente Nicolás Maduro con las vacas (el vídeo donde se lo ve, micrófono en mano, pidiendo el voto vacuno fue viral esta semana) y pidió al venezolano que “no se invente una Constituyente”. “Que llame a elecciones para gobernadores y adelante las presidenciales y que le devuelva la voz al pueblo. No se trata de votar una Constituyente, sino de hacer cumplir la Constitución que tiene, que respete los poderes de la Asamblea Nacional, la división de poderes. Debemos ayudar a Venezuela a sacarlo del drama en el que está y no queda mucho tiempo”, advirtió.
Macri recogió el guante de González, advirtió que no ve una salida clara a la crisis de Venezuela y utilizó al país caribeño para repetir que su país evitó, con su presidencia, una crisis semejante.
“Venezuela también vale para entender la importancia de lo que pasó en Argentina, la decisión que tomaron los argentinos, porque caminábamos hacia esa dirección. Lo que buscaban era fabricar su película negando el deterioro sistemático de Argentina. Un ejemplo de lo que hubiera pasado es [la provincia de] Santa Cruz, gobernada de esa manera desde hace 20 años”.
La gobernadora de Santa Cruz es Alicia Kirchner, hermana del expresidente argentino Néstor Kirchner, al frente de una administración incapaz de pagar los salarios de los empleados estatales, con las clases suspendidas desde el inicio del año lectivo en marzo y los hospitales en huelga.
Si bien todos coincidieron en que Venezuela “necesita ayuda externa”, hubo consenso en que es poco lo que se puede hacer desde afuera si no hay una negociación que incluya al Gobierno y a la oposición movilizada desde hace 40 días en la calle.
“La situación es de deterioro total, hace mucho que no hay más democracia en Venezuela y ahora hay muertes”, dijo al diario EL PAÍS el expresidente Cardoso.
39 personas murieron en Venezuela desde el inicio de las protestas de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), motivada por lo que consideró un intento de autogolpe de Estado organizado por Maduro. La última víctima fue un hombre de 27 años, muerto de un disparo en el pecho en Las Mercedes, un barrio de clase media en el sureste de Caracas.
Desde el fallo del Supremo que anuló las atribuciones legislativas de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, y el llamado de Maduro a una reforma constitucional las manifestaciones opositoras se repitieron casi a diario.
“Una situación de ese tipo no se resuelve desde el exterior, sino desde el interior”, dijo Cardoso. “Podemos ayudar, apoyar, mostrar caminos, pero son los venezolanos los que tienen que llegar a un entendimiento”.
El expresidente de Brasil recordó que ya fracasó un intento de negociación impulsado por el Vaticano, y que por eso “no se logrará un acuerdo si no existe la seguridad de que habrá algún tipo de aceptación de los dos lados”.
por Federico Rivas Molina / El País