Emigrar o morir: El drama de los pacientes con diabetes en Venezuela
Javier Alberto Rodríguez, de 35 años, fue diagnosticado con diabetes mellitus tipo 1 a los cinco años, por lo que a temprana edad se convirtió en insulinodependiente, medicina que escasea desde hace tres años en el país, especialmente en el estado Zulia.
“Estoy asustado porque no veo ninguna mejora y eso es lo que me asusta. El futuro pinta peligroso. En mi caso creo que lo mejor es irse del país. Porque va a llegar el momento donde no habrá ni ayuda y aquí voy a morir, vamos a morir“, manifestò Rodríguez en una entrevista al diario La Verdad.
Aseguró, además, que durante todos estos años llevó su enfermedad con total normalidad, debido a que nunca se le dificultó obtener la medicina, sin embargo el escenario cambió para él hace tres años aproximadamente. “Antes no tuve problemas porque se conseguían y podía costearlos. El problema viene desde hace tres años, porque la insulina se convirtió en una lotería y las farmacias comenzaron a decir, no hay“, contó.
El joven debe tomar cuatro dosis diarias, una antes de cada comida y la última antes de acostarse en la noche. “Con mi dosis, un frasco de insulina dura entre dos o tres semanas, entonces, mientras que tenga la última reserva tengo que salir todos los días porque no sé cuándo las voy a encontrar, aunque tengo mucho tiempo que no compro insulina en la farmacia”, explicó.
Confesó que en ocasiones solicitó servicios públicos en las redes sociales, pero los únicos que acudían al llamado eran revendedores virtuales. “Con las medicinas pasa igual que con la comida, la gente que necesita medicinas, opta por servicios públicos y los que llaman para supuestamente ayudar son revendedores del medicamento, que generalmente lo traen de Colombia”.
Los revendedores alegan que tienen familiares diabéticos, viajan a Colombia a comprar las medicinas y “bondadosamente” pueden vender algunas, explicó.
El precio regular de la insulina de acción lenta es de 25 bolívares y la de acción rápida es de 1.500 bolívares. Sin embargo, los costos “bachaqueados” a través de las redes varían entre 45.000 y 37.000 bolívares por frasco de insulina.
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