“Me da miedo que le explote la barriga”: Madre en situación de calle pide por la salud de su hija
La pequeña Camila Malpica, de tan solo cuatro meses, tiene una hernia umbilical que le invade la mitad de su abdomen. Pese a la urgencia de su situación, la bebé vive en la calle con su madre y hermanos sin recibir la atención médica adecuada.
Según reseña el diario La Verdad, la madre de Camila, María Malpica, está pidiendo en la calle desde enero. Acostumbra a sentarse en la acera del frente de una entidad bancaria por la plaza La República, en Maracaibo, sostenía a la menor de sus hijas.
Una protuberancia aproximadamente 200 gramos de peso y 10 centímetros de masa sobresale del estómago de la pequeña. Nació con una hernia umbilical que le fue creciendo invadiendo el 50 por ciento de su abdomen.
“Llora porque seguro le duele la hernia, a veces me da miedo que le explote la barriga”, relató.
La falta de dinero ha impedido que la menor reciba ayuda médica, además de otras complicaciones de salud.
En la calle
“Yo vivía con mi mamá en un cuartico en Santa Rosa de Agua, pero hace dos años ella se murió y sus hermanas me quieren sacar de ahí. Me botan de cada rato y me humillan a los muchachos por un plato de comida. Mami dejó un terreno y también me lo quitaron sus hermanas, me dicen que me vaya de ahí, que duerma en la calle”, relató.
Su rutina consiste en llegar a las 7.00 de la mañana a la avenida, recorre farmacias, y bancos. Dependiendo de la hora se acerca a los restaurantes, donde le dan comida para los niños. La noche la define como “el infierno”.
“Dormimos en una goma espuma que me regalaron. Tengo un abanico chiquito que no sopla nada. No hay piso, sino arena, por eso ellos se me enferman tanto“.
Antes de la muerte de su madre, María trabajaba limpiando las calles de Maracaibo. “Yo era ‘salserín’, pero salí embarazada de Camila y dejé de trabajar. Mi esposo me dejó con la barriga y después a mi mamá le dio un ACV y no pude volver al trabajo. Ella era la que me ayudaba siempre, pero desde que murió quedé en la calle… pidiendo”.
“No me ha tocado comer de la basura todavía”.
María asegura que, “gracias a Dios”, sus hijos comen. A la más pequeña “le meto chicha de arroz o de maíz que me regalan”, mientras que Yulimar Andrea (de tres años), Diego Andrés (de cinco) y ella comen “las sobras de los clientes de los centros de comida”.
Mientras guarda “los cobres” en un morral, dice que el rango de dinero que obtiene está entre los cinco y 10 mil bolívares diarios, eso se le va en las medicinas de Camila, que además de su hernia, tiene bronquitis y escabiosis, sufre una fuerte irritación de su zona genital.
Lea también: