1.200 dosis de antitoxina diftérica se han importado para tratar la difteria
Luego de dos meses y medio la Organización Panamericana de la Salud vuelve a hablar de la epidemia de difteria que comenzó en Venezuela en abril del año pasado. Esta vez no refrescó datos sobre cuántos casos hay, sino que repitió los mismos que publicó el 16 de diciembre cuando admitió que, de 183 muestras procesadas entre octubre y noviembre del año pasado, solo 20 dieron positivos. Esta vez agregó que se tomaron 300 muestras, reseña El Nacional.
Cuando comenzó la epidemia, la antitoxina diftérica, usada junto con el antibiótico Penicilina cristalina para el tratamiento de la persona afectada, estaba vencida desde 2009. La OPS aclaró en su segundo boletín que en septiembre de 2016 se solicitó un préstamo de 25 unidades a Haití a través del Fondo Rotatorio. En octubre se recibió la donación de 200 tratamientos de Unicef y en diciembre llegaron otros 500 que fueron adquiridos a través del Fondo Rotatorio. Para este año, se esperan otras 500 unidades en el primer semestre, a través del mismo mecanismo de compra.
José Félix Oletta, ex ministro de Salud y miembro de la Red Defendamos la Epidemiología, ente que denunció los primeros casos que se registraron en el estado Bolívar hace un año, explica que esa compra de tratamiento da una idea indirecta del número de casos que se esperan para este primer semestre, el cual será probablemente similar al del segundo semestre de 2016.
Las irregularidades. Cuando comenzó la epidemia, la antitoxina diftérica que había en el país estaba vencida desde 2009, según información de personal de salud de Ciudad Guayana en donde se trataron los primeros casos. Aún el personal médico denuncia que suministran las dosis del tratamiento de forma racionada y deben solicitarlo a Epidemiología de cada región, que tiene la custodia de las unidades.
La difteria tenía 24 años de erradicada. Sus síntomas son fiebre, amigdalitis aguda y la formación de una pseudomembrana en la garganta que obstruye las vías respiratorias. El padecimiento tiene entre 10% y 15% de probabilidad de muerte, sobre todo en niños menores de un año.
Esta enfermedad se previene con la vacuna DTaP (difteria, tétanos y pertussis acelular) a menores de 7 años de edad en 5 dosis: una a los 2 meses de nacidos; otra, a los 4 meses de nacido y otra, a los 6 meses. La cuarta dosis, entre los 15 y 18 meses, y la quinta dosis entre los 4 y 6 años de edad. El repunte de esta enfermedad reveló problemas de cobertura en la vacunación.
El nuevo boletín de la OPS dio el inventario de vacunas que Venezuela importó a través del Fondo Rotatorio en 2016. Asegura que fueron importadas 5.3 millones de dosis de vacuna de toxoide diftérico- tetánico para la vacunación contra la difteria a la población de 7 años y más.
Agrega que se adquirieron 3.5 millones de dosis adicionales de vacunas dT (toxoide diftérico-tetánico) y de 500 dosis de antitoxina diftérica a través del Fondo Rotatorio de la OPS, así como otros medicamentos e insumos para el diagnóstico y tratamiento de casos y contactos. No da detalles de cuántas se aplicaron.
También acota que se hicieron actividades intensificadas de vacunación casa por casa, puestos fijos y brigadas móviles en las parroquias y comunidades de los municipios con casos confirmados, pero no dice cuáles son los municipios ni cuántos.
La Red Defendamos la Epidemiología denunció en febrero que los casos sospechosos de enfermedad se encuentran en 18 estados. Solo las entidades andinas, Zulia y Falcón no tienen reportes aún de personas con síntomas.
Aunque se desconoce el número de afectados en estos momentos, en noviembre del año pasado la difteria se encontraba en siete estados del país y se sabía de 233 casos.
Sin embargo, la OPS afirmó que todos los casos registrados en Venezuela están relacionados con la actividad de extracción minera artesanal en el estado Bolívar.
“Obviamente esta afirmación no es verdad. No todos los casos están relacionados directamente con la extracción mineral artesanal en el estado Bolívar; muchos casos fueron adquiridos fuera del área minera, son casos contagiados por portadores sanos y enfermos que sí estuvieron en la región de minería ilegal de Bolívar, municipio Sifontes. Estos casos fuera del área minera tuvieron vínculos epidemiológicos indirectos y directos con los portadores”, agregó Oletta.
La transmisión de la difteria se da por las gotas de saliva durante la tos, el estornudo o por contacto con lesiones de la piel. Entre el protocolo de prevención, se debe administrar antibiótico a las personas que estuvieron en una relación estrecha con un paciente los siete días antes de la aparición de la dolencia.
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