¿De qué va la Tormenta Solar que anuncia Obama?
La orden ejecutiva de Barack Obama que vaticina una Gran Tormenta Solar, ha puesto en alarma a los “supersticiosos” sobre un posible “fin de mundo”.
El presidente, tras su documento, manda imperativamente la ejecución de un operativo para “preparar a la nación ante eventos meteorológicos del espacio”. Estos eventos pueden ser “destellos solares, partículas de energía solar y ruidos geomagnéticos” .
Según el diario El País, el decreto de Obama explica que las tormentas solares son fenómenos que ocurren de forma regular y pueden afectar infraestructuras clave, como satélites GPS, sistemas de comunicación, aviación y de distribución eléctrica. “Tiene el potencial de afectar e interrumpir simultáneamente la salud y la seguridad en continentes enteros”, advierte.
Pero, algunos comentaristas están diciendo que la Casa Blanca tiene más información de la que dan. Y suponen, que el plazo de 120 días solo significa que algo ocurrirá entre esos días o después, quizás tenga que ver con la tormenta solar o quizás con otro fenómeno espacial del cual no quieren dar información.
Pero el documento presidencial no aborda la probabilidad de que ocurran esos fenómenos ni sus consecuencias, sino que se centra en mejorar la coordinación ante su posible impacto.
Obama insta a “una preparación exitosa ante eventos meteorológicos espaciales, que requiere colaboración entre gobiernos, gestores de emergencia, el mundo de la academia, medios de comunicación, la industria farmacéutica, organizaciones sin ánimo de lucro y el sector privado”, explica.
Los ruidos geomagnéticos son una afectación del campo magnético de la tierra como consecuencia de la actividad solar. Los destellos solares son una breve erupción de intensidad en la superficie del sol o cerca de ella, que se asocian con manchas solares. Es un fenómeno común que raramente tiene efectos relevantes. Las partículas de energía solar son iones y electrones expulsados desde el sol como resultado de esas erupciones.
El caso más conocido de un fenómeno meteorológico del espacio fue una tormenta solar en 1859, conocida como el evento Carrington, según explica la revista Newsweek. Se pudieron observar auroras en el cielo desde lugares alejados de los polos, como el Caribe. Y los sistemas de comunicación por telégrafo quedaron alterados en Europa y América del Norte.
Un siglo después, en 1967, tres potentes erupciones solares inutilizaron el sistema de radares de EE UU encargado de detectar la llegada de misiles soviéticos. Inicialmente, en plena Guerra Fría, Washington pensó que el culpable era Moscú.
El decreto de Obama establece un calendario y un protocolo de actuación ante este tipo de fenómenos. El Gobierno federal, apunta el texto, tiene que tener la capacidad de predecir y detectar un evento meteorológico del espacio, los programas necesarios para que el sector público y privado adopten medidas mitigadoras, y la capacidad de responder y superar ese tipo de situaciones.
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