Dos periodistas, un cáncer: del retorno al territorio de la no-enfermedad
En el portal web Rurunes , el periodista Erick Lezama contó cómo de forma paralela él y su colega Anna Vacarella luchaban contra el mismo cáncer a un tiempo contemporáneo.
Con un mismo diagnostico: Linfoma No Hodgkin grado IV, ambos comunicadores sociales emprendieron su lucha.
El artículo se trata de una entrevista que le hace Lezama a Vacarella al tiempo que narra parte de su historia, y cómo la historia de Vacarella lo inspiró a luchar, al darse cuenta de la similitud de la situación.
“Desde entonces le seguí el paso. Porque como ella, asumí el cáncer sin (tantos) lamentos. Una enfermedad cuyo solo nombre produce un vértigo tan atroz que para muchos es mejor nombrarla con eufemismos. Nuestro diagnóstico fue el mismo: Linfoma No Hodgkin grado IV . Un estadio extremo que no va sucedido por otro”, dice Lezama.
Estuve pendiente de Anna porque nos deportaron al mismo tiempo a ese rincón que Christopher Hitchens define en Mortalidad como “el país de la enfermedad”. Una habitación a la que nadie te pregunta si quieres entrar. Y de la que para intentar salir tienes que aceptar un pacto cruel. Plantea este autor británico que es como que te dijeran: “Te quedas aquí por un tiempo, pero a cambio vamos a necesitar unas cosas tuyas: tus papilas gustativas, tu capacidad de concentración, tu capacidad de digerir, el pelo de tu cabeza”, continúa.
“Ah, lo tuyo es lo que tiene Anna Vacarella, la periodista que trabajó en Venevisión”, más de uno me dijo.
Asimismo, en la narración de la entrevista, el periodista cuenta cómo su caso también se volvió de interés público tanto así llegando a convertirse como en una especie de organización vía Instagram, “muchos de los que tenían la enfermedad se sintieron comprendidos”.
“Entonces terminó siendo un círculo auspicioso de inspiración, apoyo y fe, que yo recibía y además daba. La verdad nunca pretendí convertirme en eso. La buena evolución de todo, gracias a Dios y a la Virgen, me ha ido llevando hacia allá”, contó.
Lo interesante de todo esta historia tan parecida, es que ambos comunicadores también están en una fase de remisión, es decir, que no hay signos de que el cáncer está activo.
“Estamos regresando al país de la no-enfermedad. En esta etapa, los médicos de Anna consideraron importante que le practicaran el trasplante de médula ósea que finalmente se hizo en febrero en Nueva York. Ése no fue mi caso, pero sí el de algunos amigos que, aterrados, están por dar el paso“, explicó.
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