Qué decían los mensajes escritos en la mansión de Jeffrey Epstein: las seis palabras de la pizarra

Detrás de los muros de piedra y emplazada en un terreno flotante de 300 hectáreas, se divisaba la mansión de Jeffrey Epstein en la isla Little St. James. Según las investigaciones, era el centro de operaciones del magnate que fue encontrado muerto en su celda el 10 de agosto de 2019, mientras aguardaba ser juzgado por una acusación federal de tráfico y abuso sexual de menores.

Tras darse a conocer fotos inéditas del interior de la propiedad, algunos internautas de la red social X fijaron su atención en los detalles más desconcertantes y perturbadores de las imágenes.

Epstein era dueño del terreno desde 1998, cuando pagó 8 millones de dólares para disponer de aquel alejado islote en las Islas Vírgenes de Estados Unidos, cerca de Puerto Rico.

Era habitual que llevara invitados, muchos de ellos celebridades, modelos, cineastas y políticos, y algunas figuras de renombre que aún resuenan en los «los archivos de Epstein» y las famosas listas de sus fiestas.

Publican fotos y videos inéditos de la isla privada de Jeffrey Epstein

A través de una publicación de X, los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes compartieron fotografías y un vídeo de cuatro minutos que muestra varios dormitorios en la casa.

El líder demócrata del comité, Robert García, aseguró que el contenido se hizo público para «garantizar la transparencia pública».

En una de las fotos se observa la pizarra del estudio de Epstein, que aún tenía palabras escritas a mano alzada con marcador.

Algunas resultan legibles, otras parecen más bien garabatos, pero todas giraban en torno a un mismo concepto. Las que se leen a la perfección son las siguientes: «Político», «complots», «engaño», «poder», «verdad» y «música».

En otras fotos se observa el cartel tirado de «No pasar» que estaba en la puerta de entrada a la mansión, y un primer plano a un teléfono con botones de marcación rápida que develan cuáles eran los contactos frecuentes en la rutina de Epstein.

Vía lapatilla