«El régimen iraní ha acosado y encarcelado a Narges durante años, incluso en duras condiciones y con gran preocupación por su salud. Volver a arrestarla ahora, en un acto conmemorativo, frente a otros, es una advertencia calculada: intentan cortar la atención, la solidaridad y la presión moral que protegen a los presos políticos y exponen la tiranía», sostuvo.
«A los gobiernos de las naciones democráticas, a las organizaciones internacionales y a todos los premios Nobel de la Paz y defensores de los derechos humanos: este es un momento que exige más que declaraciones», continuó.
La Premio Nobel venezolana realizó cuatro peticiones ante esta situación:
- La liberación inmediata e incondicional de Narges Mohammadi y de todos los demás detenidos en el monumento.
- Prueba de vida, acceso a su familia y abogados y atención médica independiente sin interferencias.
- Presión diplomática coordinada y consecuencias específicas contra los responsables de encarcelamientos políticos y de violencia contra la vida cívica pacífica.
- Apoyo sostenido a la sociedad civil iraní, especialmente a las mujeres, que se enfrentan a un sistema basado en la intimidación.
«El autoritarismo sobrevive cuando se le permite operar en la sombra, cuando el mundo trata la represión como «asuntos internos» y el encarcelamiento político como ruido de fondo. Debemos acabar con esa complicidad. Las dictaduras aprenden unas de otras. Cooperan. Intercambian métodos, tecnología e impunidad. Nuestra respuesta debe ser la unidad: con principios, organizada e implacable», consideró.
«A Narges Mohammadi, a las mujeres de Irán, a cada preso político y a cada familia que espera fuera de la prisión: no están solos. Desde Venezuela, donde conocemos el precio de la tiranía y la fuerza del coraje cívico, los acompañamos», asentó.
Finalmente, envió un mensaje al régimen iraní: «Pueden arrestar a una persona. No pueden arrestar la verdad».
Vía caraota