Conferencia Episcopal plantea la desobediencia civil y protestas pacíficas contra sentencias del TSJ
La Conferencia Episcopal venezolana (CEV) durante su misa pastoral calificó de “muy grave” la intención de cerrar la Asamblea Nacional. Y a través de una homilía planteó la Desobediencia Civil y las manifestaciones, protestas pacíficas como un medio de expresión contra los ataques al Parlamento.
La carta está suscrita por el presidente de la CEV, el arzobispo de Cumaná, Diego Padrón, además de su directiva: los monseñores José Luis Azuaje Ayala, Mario Moronta, Víctor Hugo Basabe, y los cardenales Jorge Urosa Savino y Baltazar Porras.
Los obispos consideran que las sentencias (155 y 156) del Supremo Tribunal «son decisiones moralmente inaceptables y, por tanto, reprobables». Ambas sentencias, producto de unas medidas que sobrepasan el ejercicio equitativo del poder, han provocado reacciones de numerosos países y pueden generar en Venezuela, a su juicio, una escalada de violencia.
“Parece que todo gira en torno a lo político, entendido como conquista del poder, olvidando que las necesidades reales de la gente reclaman otra visión del poder”, señalan los religiosos en crítica a la distorsión de ejercicio de poder que se percibe en el país.
La CEV destaca en su carta que “una nación sin Parlamento es como un cuerpo sin alma. Está muerto y desaparece toda posibilidad de opinión divergente o contraria a quienes están en el poder”. Se abre así la puerta a la arbitrariedad, la corrupción y la persecución, «un despeñadero hacia la dictadura siendo, como siempre, los más débiles y pobres de la sociedad los más perjudicados».
Frente común civil
«Estamos muy cerca de la Semana Santa. Para los católicos la conmemoración de los atropellos contra Nuestro Señor Jesucristo es una urgente llamada a tomar conciencia y a actuar de manera pacífica pero contundente ante la arremetida del poder».
A lo largo de la jornada de ayer, un total de 51 organizaciones civiles de gremios profesionales, estudiantes, trabajadores, universitarios y empleados se reunieron con la directiva de la Asamblea Nacional en el palacio legislativo para constituir un frente común “de lucha contra la dictadura”, reseña ABC.
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