Lo que “nadie ha dicho” sobre los acuerdos del diálogo, según ‘Chúo’ Torrealba
El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús ‘Chúo’ Torrealba, se refirió en su artículo dominical a los acuerdos alcanzados en la mesa de diálogo entre el Gobierno Nacional y la oposición; y aquellos que nadie pronunció.
Torrealba insiste que la lucha de la MUD continúa siendo la misma, lograr el cambio político en Venezuela, y para ello es necesaria la simultánea negociación y la presión de calle.
A continuación en artículo del dirigente titulado “Lo que nadie ha dicho sobre los primeros acuerdos de la mesa de diálogo”:
La segunda reunión del llamado Diálogo Nacional que se está realizando a instancias de El Vaticano terminó el sábado 12 de noviembre con algunas conclusiones. Determinar cuán importantes son, depende obviamente del punto de vista de quién evalúe: Para quienes saben que desalojar del poder a una régimen inconstitucional y violento por vía pacífica y legal es una tarea muy dura, el haber logrado acuerdos que permitan la libertad de un número creciente de presos políticos, resolver la situación de los diputados de Amazonas, sacar a la Asamblea Nacional del falso “desacato” establecido por el TSJ y construir un acuerdo para definir en forma consensuada una nueva correlación de fuerzas en el Consejo Nacional Electoral, pueden ser considerados pasos iniciales de cierta importancia. En cambio, para quienes crean que una dictadura puede ser desalojada del poder con un evento traumático o un esfuerzo de corto plazo, cualquier avance real puede parecer “insuficiente” si no tiene efectos “inmediatos”…
NO LE PIDAS AL DIÁLOGO LO QUE SÓLO LA CALLE PUEDE CONQUISTAR
La verdad del país está más allá de la paciencia de unos o la impaciencia de otros: Hay una urgencia REAL. El Gobierno no puede seguir intentando “ganar tiempo” porque sencillamente el tiempo se le terminó. En Venezuela hay hambre, hay falta de medicinas, hay inseguridad atroz, y para desgracia de todos hay un régimen incapaz de hacer frente a la crisis que él mismo creó. Esta crisis humanitaria ha generado un rechazo unánime al gobierno, y la respuesta oficial a ese rechazo social fue bloquear la salida constitucional y electoral. En ese momento el régimen se volvió dictadura abierta, y a una dictadura se le saca del poder únicamente con el país en la calle, con la Nación unida y activada de manera masiva, pacífica, sistemática.
No se trata de una marcha, una “batalla final”. No hay soluciones mágicas ni eventos milagrosos. Se trata de una lucha sostenida, dura, que puede no ser breve, una lucha planteada de tal manera que sea sostenible para el pueblo e inaguantable para el régimen, con acciones diseñadas de tal forma que le bajen al ciudadano el costo de la participación y le eleven al régimen el costo de la represión. Por eso hay que tener muy nítida esta verdad: Solo con CALLE activada habrá cambios positivos en nuestro país. En consecuencia, que nadie le pida al diálogo lo que sólo la calle puede conquistar…
TAMPOCO PIDAS A LA CALLE LO QUE SÓLO EL DIÁLOGO PUEDE CONCRETAR
En Chile, la sociedad democrática combatió a Pinochet con la resistencia… pero lo saco del poder con el Plebiscito; En Brasil la calle encendida puso en jaque el mandato de Dilma Rousseff, pero fue sacada del cargo mediante un procedimiento constitucional activado en el parlamento; En Argentina, la hegemonía de los Kirchner fue hostilizada por la movilización de los sindicatos, los gremios y las investigaciones sobre corrupción, pero al final toda esa presión social terminó expresándose en un proceso político: La victoria electoral de la oposición.
La calle muestra la fuerza del pueblo y revela la debilidad del opresor; La calle deslegitima al régimen y legitima a quien se le opone; La calle debilita los pilares de la dictadura (su supuesta omnipotencia, el miedo como estrategia de dominio, la falacia de su popularidad artificial, etc.) y fortalece a las fuerzas resistentes hasta que éstas dejan de ser “oposición” y pasan a ser alternativa. Pero la calle por si sola no configura ni da estabilidad a la nueva realidad. En la calle se siembra la libertad, pero los frutos de esa siembra sólo se recogen en los espacios de LA POLÍTICA…
LOS PRIMEROS ACUERDOS DEL DIÁLOGO: LO NO DICHO AÚN
Es en ese sentido que es importante evaluar y analizar los acuerdos alcanzados en esta -apenas- segunda reunión del Diálogo Nacional convocado por la Santa Sede: Por un lado, en una Venezuela en la que seres humanos están muriendo por falta de medicinas y de alimentos, se acordaron iniciativas que pueden contribuir a mejorar la situación de nuestros compatriotas que están en situación desesperada y la de sectores económicos completos que están al borde del colapso; Por otro, se avanza en la creación de condiciones que hagan posible recuperar el derecho del pueblo venezolano al voto, derecho hoy secuestrado por el régimen a través de una confabulación entre tribunales sin competencia electoral y autoridades electorales sin respeto por su propia autonomía.
ACERCA DEL CANAL HUMANITARIO: LO ECONÓMICO Y SOCIAL EN LOS ACUERDOS DEL DIÁLOGO
El régimen sigue irresponsablemente negado a asumir la urgencia de abrir un canal humanitario para que lleguen a Venezuela las toneladas de alimentos y medicinas necesarias para socorrer a nuestros compatriotas que están en situación desesperada por el impacto de la crisis económica y social creada por un modelo económico fracasado y una burocracia profundamente corrupta. Para el régimen sigue siendo más importante su supuesta “imagen internacional” que la vida de los venezolanos. Para ellos aceptar ayuda es reconocer la crisis, y prefieren en su infinito egoísmo que venezolanos sigan falleciendo antes que admitir su fracaso.
En la Mesa de Diálogo la delegación de la Unidad Democrática insistió en la necesidad de aceptar la ayuda humanitaria ofrecida por la Iglesia Católica a través de Cáritas, y en la urgencia de gestionar urgentes ayudas a través organismos multilaterales como la Asociación Latinoamericana de Integración, ALADI, o la Corporación Andina de Fomento, CAF, entre varias otros. Es preciso decir que en estas propuestas fuimos apoyados por algunos de los facilitadores, como el representante del Papa Monseñor Celli y el presidente Leonel Fernandez. Sin embargo, aún habiendo aprobado estas recomendaciones en la Comisión Económica y Social de la Mesa de Diálogo, la irresponsable posición oficial evitó que las mismas fueran recogidas en el comunicado final conjunto, pues allí solo aparece lo que logra el consenso de ambas partes.
A PESAR DE TODO FORZAMOS LA APERTURA
A pesar de ello, si logramos introducir en el texto final acuerdos que comprometen al régimen a iniciar una apertura que beneficie a los venezolanos más necesitados y a sectores económicos completos que están a punto de cerrar sus puertas, lo que agravaría aún más la situación social y económica. En efecto, el primero de los cinco acuerdos del comunicado oficial de esta segunda reunión del diálogo dice textualmente: “1. En el campo económico – social el Gobierno Nacional y la MUD acordaron trabajar de manera conjunta para combatir toda forma de sabotaje, boicot o agresión a la economía venezolana. Decidieron priorizar en el corto plazo la adopción de medidas orientadas al abastecimiento de medicamentos y alimentos sobre la base de contribuir a promover su producción e importación. Promover el diseño y aplicación de políticas de cooperación entre los sectores público y privado para monitorear, fiscalizar y controlar los mecanismos de adquisición y distribución de insumos y mercancías.”
MUY OCUPADOS EN “DESPELLEJAR” A LA MUD, ALGUNOS NO VEN LOS EVIDENTES AUTOGOLES DEL RÉGIMEN…
Algunas voces han dicho que este acuerdo se pliega a la narrativa oficial de la llamada “guerra económica”. A ver: ¿En qué parte se habla allí de esa cacareada e inexistente “guerra”, etiqueta propagandística acuñada por el gobierno para intentar justificar las consecuencias de su monstruosa ineficiencia y corrupción? Cuando en el acuerdo se expresa “trabajar de manera conjunta para combatir toda forma de sabotaje, boicot o agresión a la economía venezolana”, ¿Es posible que, en su sano juicio, alguien pueda decir “yo sí estoy de acuerdo con sabotear, boicotear y agredir a la economía venezolana”?
¡LÉASE BIEN: ESTAMOS HABLANDO DE LA ECONOMÍA VENEZOLANA, NO DEL GOBIERNO! De hecho, haber admitido la inclusión de este párrafo en los acuerdos constituye por parte del régimen una involuntaria admisión de culpa, porque QUIEN HA SABOTEADO LA ECONOMÍA VENEZOLANA SON ELLOS, AL COLOCAR AL FRENTE DE MUCHAS EMPRESAS DEL ESTADO A GERENTES PROFESIONALMENTE INCOMPETENTES Y ÉTICAMENTE CORRUPTOS; QUIEN HA BOICOTEADO LA ECONOMÍA NACIONAL ES EL RÉGIMEN, AL DESTRUIR EL APARATO PRODUCTIVO NACIONAL A TRAVÉS DE LAS CONFISCACIONES, ESTATIZACIONES, EL CERCO ECONÓMICO QUE IMPIDE EL ACCESO A LAS DIVISAS INDISPENSABLES PARA IMPORTAR MATERIA PRIMA, INSUMOS, REPUESTOS Y MAQUINARIAS, Y TAMBIÉN A TRAVÉS DE LA ADOPCION INCONSULTA DE NORMATIVAS LABORALES QUE DESTRUYEN LOS INCENTIVOS A LA PRODUCTIVIDAD Y LA CULTURA DEL TRABAJO; QUIEN HA AGREDIDO LA ECONOMÍA NACIONAL ES EL RÉGIMEN, AL PERMITIR QUE LAS MAFIAS CONECTADAS CON EL OFICIALISMO CONTROLEN DESDE EL ACCESO AL DÓLAR HASTA EL TRAFICO DEL ORO, DESDE EL CONTRABANDO DE EXTRACCIÓN DE COMBUSTIBLE HASTA LA VENTA CORRUPTA Y DISCRIMINATORIA AL DETAL DE LOS ALIMENTOS DE LA CANASTA BÁSICA A TRAVÉS DE LOS LLAMADOS “CLAP”, ENTRE MUCHAS OTRAS PRÁCTICAS NEFASTAS.
De manera que al decir que vamos a “trabajar de manera conjunta para combatir toda forma de sabotaje, boicot o agresión a la economía venezolana”, la Unidad Democrática simplemente ratifica lo que siempre ha hecho. En cambio, los representantes del régimen, para siquiera iniciar ese camino, tienen que empezar por enfrentar a sus propias mafias.
Efectivamente, el acuerdo a renglón seguido establece el compromiso de las partes de “priorizar en el corto plazo la adopción de medidas orientadas al abastecimiento de medicamentos y alimentos sobre la base de contribuir a promover su producción e importación” ¿Qué significa esto, en concreto? Veamos: Para “promover la importación de alimentos y medicinas” es necesario la reapertura de las líneas de crédito, lo cual implica el pago por parte del gobierno maula a los proveedores. Eso a su vez implica por un lado la reordenación de los menguados recursos existentes (es decir: quitar dinero a la burocracia y la corrupción, a la propaganda y al festín rojo, e invertirlo en honrar obligaciones con proveedores), y por otro la realización de operaciones de crédito público que ante cualquier posible prestatario internacional serían inseguras, improbables, en realidad irrealizables, sin la aprobación de la Asamblea Nacional. Para promover la producción local de medicamentos y alimentos es necesario que el régimen termine con la única “guerra económica” que efectivamente existe en el país: La que el gobierno tiene contra los trabajadores y contra los empresarios venezolanos, contra la gente de trabajo, contra todo aquel que quiere producir empleo, riqueza y calidad de vida.
Pero quizá el párrafo donde es más significativo el “autogol” que el gobierno se ha metido con el acuerdo aprobado es aquel que textualmente dice “promover el diseño y aplicación de políticas de cooperación entre los sectores público y privado para monitorear, fiscalizar y controlar los mecanismos de adquisición y distribución de insumos y mercancías”. Esta parte del acuerdo de la Mesa de Diálogo es un misil dirigido directamente al muy frágil equilibrio que mantiene el régimen con la maraña de mafias que lo rodean y en la que se sustenta. Abrir la posibilidad de participación del sector privado en el monitoreo, fiscalización y CONTROL de los mecanismos de adquisición y distribución de insumos y mercancías es lograr por fin que la sociedad pueda entrar a conocer y desmantelar el entramado corrupto de la triangulación de importaciones, por un lado, y por otro la posibilidad de fiscalizar y eventualmente sustituir él mecanismo de las llamadas “guías de distribución” que no sólo ha probado ser ineficiente sino que, como lo ha denunciado el propio gobierno, ha demostrado también ser extremadamente vulnerable a la corrupción.
ACERCA DE LA SOLUCIÓN ELECTORAL A LA CRISIS
Con todo lo importante que es el abordaje del tema económico para enfrentar la crisis humanitaria, la Unidad Democrática acude al diálogo convocado por El Vaticano fundamentalmente para recuperar lo que el régimen le acaba de robar al país: La solución electoral a la crisis. Esto es lo central, porque solo con un nuevo gobierno respetuoso de los derechos humanos y contrario a las tesis comunistas generadoras de pobreza económica y autoritarismo político tendremos un país próspero y libre. En todo proceso de diálogo o negociación, lo fundamental es generalmente lo último que se acuerda. Sin embargo es posible encontrar ya, en esta segunda reunión del proceso de diálogo convocado por el Vaticano, avances en procura de alcanzar la solución electoral.
Ciertamente, el segundo punto del comunicado oficial leído por el representante del Papa Francisco dice textualmente: “2. En el campo político, se acordó avanzar en la superación de la situación de desacato de la Asamblea Nacional dictada por el Tribunal Supremo de Justicia. En ese sentido se acordó instar a los poderes públicos competentes a actuar en la resolución de la situación del caso Amazonas en términos perentorios. En el mismo contexto, se asumió el acuerdo de trabajar conjuntamente, en el marco de lo establecido en la Constitución, para el nombramiento de los dos rectores del Consejo Nacional Electoral, que culminan su mandato en diciembre 2016.”
AMAZONAS+AN+CNE= ELECCIONES O RR
¿Qué significa esto? ¿”Con qué se come” esto? Veamos: Cuando en el comunicado se dice expresamente “instar a los poderes públicos competentes a actuar en la resolución del caso Amazonas en términos perentorios” el texto se refiere no sólo a la urgente necesidad de solventar y resarcir la injusticia cometida contra el pueblo amazonense, cuando el gobierno le arrebató judicialmente su representación parlamentaria para de esa forma desconocer la mayoría calificada de dos terceras partes obtenidas por la Unidad en la Asamblea Nacional, sino además se procura dar los pasos necesarios para dejar sin piso ni pretexto al Tribunal Supremo de Justicia que al decretar que el Parlamento está “en desacato” por haber incorporado a los diputados de Amazonas, inhabilitó de hecho al Poder Legislativo desconociendo así el voto de casi 8 millones de venezolanos. Y resolver esta situación es urgente, porque el próximo 4 de diciembre se vence el período de dos rectores del Consejo Nacional Electoral, y es esta una oportunidad crucial para, definiendo una nueva correlación de fuerzas en el poder electoral, poder tener entonces la posibilidad de tener un CNE que organice elecciones en vez de sabotearlas.
Dicho de manera clara, ese es el punto: Hay que resolver el tema Amazonas para sacar a la Asamblea Nacional del supuesto desacato; Hay que superar esa inhabilitación del Parlamento para poder reconfigurar el CNE; Hay que reestructurar el CNE para poder tener elecciones. Más claro, imposible.
Sin embargo, tal claridad no parece evidente para algunos compatriotas que lamentan, con razón, que en el comunicado no aparecen las palabras “referendo revocatorio” o “elecciones adelantadas”. Tal queja es justa, porque precisamente eso es lo que está exigiendo la inmensa mayoría de los venezolanos: La devolución de nuestro derecho al voto, al referendo revocatorio, a decidir en elecciones como cambiar este presente terrible para poder construir un futuro mejor. Sin embargo todo aquel que ha participado en una discusión de contrato colectivo lo sabe: Las cláusulas importantes son las que se resuelven al final de todo proceso de intercambio, diálogo o negociación. Y en eso, precisamente, estamos, nos guste o no: Negociando con quien secuestró nuestro derecho al voto. El secuestrador está armado, y tiene rehenes. La Venezuela democrática es mayoría, una mayoría desarmada. Esa mayoría desarmada esta enfrentada a una cúpula que es minoritaria, pero esta armada hasta los dientes. Resolver pacíficamente esta contradicción es clave para poder entregar a nuestros hijos un país en reconstrucción y no los escombros de una guerra.
TANTA CALLE COMO SEA POSIBLE, TANTO DIÁLOGO COMO SEA NECESARIO
Por eso, lograr la recuperación de nuestro derecho al voto para salir de esta catástrofe a través de la devolución del Referendo Revocatorio o de la realización de elecciones adelantadas sólo es posible con el diálogo como mecanismo, y con la presencia de facilitadores, acompañantes o testigos que, como El Vaticano, tengan la suficiente talla moral y política para convertirse en garantes de lo acordado. Esa es la razón por la que la Mesa de la Unidad Democrática está en el Dialogo Nacional… pero no sólo allí. Como expusimos al principio de este texto, el diálogo para los demócratas venezolanos no es un sustituto de la lucha, sino parte de ella.
La lucha del pueblo venezolano por la democracia y la libertad se verifica en tres escenarios fundamentales: La calle, las instituciones ya liberadas por el voto del pueblo como la Asamblea Nacional, y la Comunidad Internacional. En este último escenario, la Mesa de Diálogo tiene una importancia enorme, ya sea para arrancarle reivindicaciones al régimen o para dejar al desnudo la dictadura ante el mundo, para incrementar su condena y aislamiento.
QUE LA RABIA SEA FUERZA DE LUCHA Y NO FACTOR DE DIVISIÓN
Los demócratas venezolanos tenemos que ejercernos de manera clara, con firmeza y determinación, en esos tres escenarios de lucha. Todo lo que se haga en uno de ellos debe reforzar lo que se active en los otros dos. En el asfalto, en el diálogo o en los organismos internacionales, la voz del mayoritario pueblo democrático venezolano debe abrirse paso. La legítima ansiedad, la justa rabia, debe ser energía de cambio, y no factor de división. En este momento crucial de la crisis política venezolana lo único que podría salvar al régimen corrompido e ineficiente de Nicolás Maduro sería la fractura en el campo democrático. Unidad en la diversidad, serenidad en la combatividad, son las claves para seguir avanzando hacia el triunfo. ¡Palante!
Fuente: La Unidad
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