Michelle, la escritora sudafricana de 7 años que hace soñar a los niños
La niña escribió a escondidas, con bolígrafo verde y violeta, “Esperar las olas”, en venta en la página web de la plataforma estadounidense Amazon.
Michelle sólo tiene siete años pero una seguridad en sí misma tan cautivadora como su sonrisa. Desde que convenció a sus padres de que publicasen su libro es una de las escritoras africanas más jóvenes y fuente de inspiración para los niños.
La niña escribió a escondidas, con bolígrafo verde y violeta, “Esperar las olas”, en venta en la página web de la plataforma estadounidense por internet Amazon.
Las líneas del manuscrito original zigzaguean un poco. Pero los folios plegados en dos y unidos con grapas y cinta adhesiva parecen un libro, con el nombre de la autora en ciernes y el título de la obra en la tapa.
En la última página aparece un gran corazón de trazo desdibujado y un mensaje propio de una niña de su edad: “Espero que hayáis pasado un momento agradable leyendo este libro”.
“Mis hermanos y hermanas sabían” que escribía “porque siempre vienen a mi habitación. Pero les dije que guardaran el secreto porque quería darles una sorpresa a papá y a mamá”, cuenta en tono alegre.
La sorpresa no tuvo la acogida que ella se esperaba. Sus padres reaccionaron con circunspección.
“Cuando me dio su libro -recuerda su madre Lolo Nkamankeng- lo coloqué en la biblioteca”. En medio de las biblias, diccionarios y revistas que ocupan sus pocos estantes.
Michelle no se dio por vencida. Volvió a la carga semanas después con un segundo libro, al que siguió un tercero. “Si no me tomáis en serio, dejo de escribir”, les amenazó.
Un año más tarde, su sueño se cumplió. “Esperar las olas” es una obra de unas 50 páginas impresa en papel y con una bonita ilustración de una artista sudafricana.
Y Michelle se convirtió en una celebridad. Sus charlas en colegios y entrevistas en la prensa se multiplican.
‘Perseguid vuestros sueños’
El libro cuenta la historia de Titi que aprende a superar su miedo a las olas.
“Siendo honesto, no deja de ser una obra escrita por un niño”, afirma el autor del prefacio Colin Northmore, director del Sacred Heart College de Johanesburgo, donde estudia la niña.
“Hay probablemente un millón de niños en el mundo que pueden escribir un libro así”, reconoce. “Más que un libro en sí, estoy orgulloso de la capacidad de Michelle para expresarse con tanta confianza”. Una formidable madurez que influye sin duda en su éxito.
Con su experiencia, “otros niños descubren que es posible lograr cosas importantes porque tienen un ejemplo, un modelo”, considera Northmore.
“Estos son los consejos que doy a los niños que quieren escribir libros: perseguid vuestros sueños, confiad siempre en vosotros, no dejéis que nadie os ponga piedras en el camino y, si no sabéis leer, no podréis escribir”, enumera Michelle.
Ni palabra, en cambio, de una de las llaves de su éxito: tener una madre empresaria que puede desembolsar 100.000 rands (6.600 euros, 7.300 dólares) para la publicación y promoción de la obra de Michelle, que de mayor quiere ser veterinaria, además de escritora.
AFP