Presagian más escasez en Venezuela para el 2017
El régimen de Nicolás Maduro –que ha evitado el incumplimiento de deuda a costa de dejar al país sin dinero para importar alimentos– podría verse obligado a incrementar aún más la escasez que agobia al pueblo venezolano, en vista a los abultados vencimientos de obligaciones que se vislumbran para los próximos meses, publica El Nuevo Herald.
La estatal Petróleos de Venezuela –empresa que genera el 95 por ciento de las divisas que ingresan al país– enfrenta más de $7,500 millones en vencimientos de deuda entre octubre de este año y noviembre del 2017, monto que luce como una carga muy pesada para una empresa que no puede pagar a las compañías que le brindan productos y servicios, dijeron analistas.
Hasta el momento, el régimen bolivariano está centrando sus esperanzas en la posibilidad de cambiar los bonos que están por vencerse el próximo año, por otros nuevos con fechas posteriores de vencimiento.
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Pero expertos consultados manifestaron dudas sobre la posibilidad de que la atribulada PDVSA logre reestructurar sus deudas, en momentos en que la percepción de riesgo sobre el país es una de los más altas del mundo y los papeles venezolanos ya se cotizan con un descuento mayor al 30 por ciento.
En lo que empeora la situación, el régimen bolivariano de Caracas ya empeñó o vendió la mayor parte de los activos que le quedaban al país –incluyendo las reservas internacionales en oro– para cumplir con el servicio de deuda de este año.
Aun así, PDVSA va a tratar de cumplir a toda costa con Wall Street, comentó Antonio De La Cruz desde Washington. “Van a tratar de hacerlo, incluso si eso significa más hambre y escasez para la población”.
Ya la situación de desabastecimiento es desesperante.
Según recientes declaraciones del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, el régimen está aportando menos del 10 por ciento de los dólares necesarios para importar los alimentos y los insumos que requiere el país.
Pero el próximo año podría ser peor, dijo De La Cruz.
“La carga financiera luce demasiado pesada para PDVSA, eso hace que la empresa tenga menos dólares para entregar al gobierno, y como ya se comieron las reservas de oro, van a estar mucho más limitados para aportar el efectivo que se necesita para las importaciones”, advirtió.
Hasta el momento, el gobierno no parece estar apostándolo todo en el propuesto canje de deuda, aún cuando ya lleva varios meses planteando la idea en los mercados sin lograr concretarla.
El economista Orlando Ochoa dijo que para poder hacerlo, la nueva emisión tendría que ofrecer un gigantesco rendimiento, superior al extenso descuento de 30 por ciento que ya ofrecen los bonos que están por vencerse.
Los términos que se están planteando en esas conversaciones son muy duros, muy costosos para Venezuela. Y no es que el mercado esté pasando por algún momento especial que le hace sentir adversión al riesgo. Por el contrario, tiene un exceso de liquidez, dijo Ochoa.
“Pero el tema con Maduro es que se está lidiando con un gobierno que tiene una pésima política económica, con un proceso de hiperinflación, con una población que vive cada vez más bajo condiciones de una explosión social y por lo tanto el factor riesgo exige el pago de una tasa de interés excesivamente alta”, manifestó.
El economista ve las probabilidades de que el régimen logre canjear la deuda como una posibilidad muy remota, dado a que los inversionistas saben que el país padece una de las mayores crisis económicas de su historia sin posibilidad de que la situación cambie ante la negativa de Maduro de reformar la economía.
Una salvedad a este escenario podría producirse si PDVSA se torna creativa e incluye el canje de activos petroleros en las negociaciones. Pero eso no es algo que Maduro puede hacer legalmente por su propia cuenta.
Cualquier iniciativa de ese tipo tendría que ser aprobada por la Asamblea Nacional, que actualmente es controlada por la oposición, dijo.
Los prospectos de canje también son minimizados por los escándalos de corrupción y las investigaciones en Estados Unidos sobre el presunto uso de PDVSA en operaciones de lavado de dinero, agregó el economista Alexander Guerrero.
Ese es un tema que ya ha estado impactando las operaciones de PDVSA, y de Venezuela en general, particularmente después de que Citibank tomara la decisión de cerrar las cuentas del Banco Central de Venezuela, agregó.
Citibank era el último banco estadounidense que aún se mostraba dispuesto a mantener abierta una cuenta corresponsal con el Banco Central de Venezuela y con el también estatal Banco de Venezuela, lo cual es requerido para operar con dólares en el exterior.
El banco dijo que tomó la decisión como resultado de un análisis de riesgo, y expertos dijeron que esa explicación es frecuentemente utilizada para cerrar las cuentas con fondos sospechosos de ser ilegítimos, o que al menos no están debidamente justificados.
La situación de Citibank ha estado afectando las operaciones de PDVSA y es un elemento que incrementa la percepción de riesgo sobre la empresa.
Nota completa: ANTONIO MARIA DELGADO | El Nuevo Herald