Sin embargo, incluye provisiones que no se consideran esenciales, como más de 100.000 millones de dólares en ayudas para las víctimas de los huracanes Helene y Milton, y cerca de 10.000 millones de dólares en apoyo para agricultores.
Además, contempla un aumento salarial para los miembros del Congreso y la construcción de un nuevo estadio de fútbol en Washington D.C.
Esto ha generado divisiones dentro del Congreso, especialmente entre los sectores conservadores.
Musk, quien ha sido designado por Trump para liderar el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), criticó abiertamente la legislación negociada entre los republicanos de la Cámara de Representantes y los demócratas del Senado.
Desde su posición, Musk ha compartido un listado de su departamento en X, acompañado del mensaje: “¡Detengan el robo de sus impuestos!”.
Este organismo, impulsado por Trump, tiene como objetivo implementar recortes significativos al gasto público federal.
El presidente de la Cámara Baja, Mike Johnson, uno de los principales promotores del presupuesto, aseguró que mantuvo conversaciones con Musk para explicar las razones detrás del proyecto.
Johnson afirmó que, aunque entiende las preocupaciones de Musk y otros críticos, considera que aprobar el presupuesto es necesario para preparar el terreno para el regreso de Trump.