Encontraron la respuesta a un misterio de 50 años sobre los hemisferios de la Tierra

Al observar la Tierra desde el espacio, los hemisferios (norte y sur) parecen igualmente brillantes. Esto es particularmente inesperado porque el hemisferio sur está cubierto en su mayor parte por océanos oscuros, mientras que el hemisferio norte tiene una vasta área terrestre que es mucho más brillante que estos océanos.

Durante años, la simetría del brillo entre los hemisferios fue un misterio. En un estudio de 2023, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), investigadores del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel y sus colaboradores revelan una fuerte correlación entre la intensidad de las tormentas, la nubosidad y la tasa de reflexión de la energía solar en cada hemisferio. Ofrecen una solución al misterio, junto con una evaluación de cómo el cambio climático podría alterar la tasa de reflexión en el futuro.

Ya en la década de 1970, cuando los científicos analizaron los datos de los primeros satélites meteorológicos, se sorprendieron al descubrir que los dos hemisferios reflejan la misma cantidad de radiación solar. La reflectividad de la radiación solar se conoce en la jerga científica como “albedo”. Para comprender mejor qué es el albedo, piense en conducir de noche: es fácil detectar las líneas blancas intermitentes, que reflejan bien la luz de los faros del automóvil, pero es difícil discernir el asfalto oscuro.

Lo mismo sucede cuando se observa la Tierra desde el espacio: la relación entre la energía solar que llega a la Tierra y la energía reflejada por cada región está determinada por varios factores. Uno de ellos es la relación entre los océanos oscuros y la tierra brillante, que difieren en reflectividad, al igual que el asfalto y las líneas blancas intermitentes.

La superficie terrestre del hemisferio norte es aproximadamente el doble de grande que la del sur y, de hecho, cuando se mide cerca de la superficie de la Tierra, cuando el cielo está despejado, hay más de un 10 por ciento de diferencia en el albedo. Aun así, ambos hemisferios parecen ser igualmente brillantes desde el espacio.

En este estudio, el equipo de investigadores, dirigido por el profesor Yohai Kaspi y Or Hadas del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Weizmann, se centró en otro factor que influye en el albedo, uno que se encuentra en altitudes elevadas y refleja la radiación solar: las nubes.

El equipo analizó datos derivados de las bases de datos más avanzadas del mundo, incluidos los datos de nubes recopilados a través de los satélites de la NASA (CERES), así como datos de ERA5, que es una base de datos meteorológica global que contiene información recopilada utilizando una variedad de fuentes en el aire y en la tierra, que se remonta a 1950. Los datos de ERA5 se utilizaron para completar los datos de las nubes y correlacionar 50 años de estos datos con información sobre la intensidad de los ciclones y anticiclones.

Por infobae.com

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