¡INHUMANO! Muere otro niño de cáncer por falta de medicinas para su quimioterapia
Santiago Riera, paciente de cáncer, murió por escasez de medicinas para su quimioterapia/Crédito: Versión Final
Es inhumano leer con más frecuencia noticias que revelen la muerte de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores a causa de escasez de medicamento. ¡NO ES BROMA!, en Venezuela ya no hay tanto espacio en las morgues y es lamentable que estén llenas. Santiago Riera, con 8 años de edad murió esta semana a falta de medicinas para la quimioterapia. Varios venezolanos están muy sentidos por la reciente muerte de Oliver Sánchez, también paciente de cáncer, quien valientemente estuvo en una protesta que le exigía al Gobierno de Nicolás Maduro medicinas. Ahora, se le suma el caso de Santiago Riera.
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Santiago fue diagnosticado en octubre de 2014 con Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA), de alto riesgo, desde esa fecha inició, junto a su familia, una lucha para salvar su vida, que incluía un trasplante de médula que debía realizarse en el extranjero, y para el cual no tenían los recursos, reseñó Versión Final.
A mediados de febrero, además de la Leucemia, al niño le fue detectado un hongo en su boca y los medicamentos para combatirlo no eran ubicados por sus padres, quienes insistieron por las redes sociales, pero lamentablemente no se consiguieron, al igual que sus quimoterapias.
Al igual que muchos pacientes que carecen de los recursos y de los medicamentos, sus padres a través de las redes sociales solicitaron ayuda. Sin embargo, no la obtuvieron. Riera debía ser operado en el extranjero para un transplante de médula, que tampoco pudo realizarse por falta de recursos económicos.
Actualmente, la crisis económica, de energía eléctrica, de agua, de desabastecimiento, el alto índice de inseguridad en el país está dejando terribles consecuencias como lo es la muerte. Y el Gobierno Nacional a través del Decreto de Emergencia Económica ha solucionado los problemas de los venezolanos.
En estos momentos, 20 niños aproximadamente están en lista de espera para un trasplante de médula, ¡qué Dios quiera que lo consigan!