La paracaidista que sobrevivió a un intento de acabar con su vida a 1.200 metros de altura
“¿Y si hacemos algo juntos, como saltar en paracaídas?”. Victoria Cilliers se tomó la propuesta de su marido Emile como una señal de reconciliación tras las dificultades en el matrimonio, sobre todo desde el nacimiento de su segundo hijo. Con más de 2.650 saltos en sus alforjas, la experimentada paracaidista y fisioterapeuta del Ministerio de Defensa británico no se lo pensó dos veces y dijo “sí, quiero”.
Saltaron juntos a 4.000 pies de altura (1.200 metros), pero el paracaídas de ella no se abrió… “No me preocupé en exceso porque alguna vez me había pasado, por eso llevamos siempre uno de repuesto. La posibilidad de que el segundo paracaídas tampoco se abra es de una entre un millón. Pero eso fue lo que ocurrió y todos mis esfuerzos se concentraron entonces en intentar controlar la rotación y ralentizar la caída. Quería sobrevivir a toda costa”, rememoró hace poco Victoria.
El impacto fue brutal, a una velocidad estimada de 90 kilómetros por hora. Pero tuvo la suerte de caer en un campo de cultivo recién arado, lo que sirvió para amortiguar el golpe. Al poco tiempo fue capaz de abrir los ojos y de sentir un intenso dolor. Se rompió la columna vertebral, la pelvis y varias costillas. Estaba milagrosamente viva, para sorpresa de todos los que la vieron caer… y de su propio marido.
A los pocos días del accidente, la Asociación de Paracaidistas del Ejército puso el caso en manos de la policía. La propia Victoria recordó cómo días antes se había producido un escape de gas cuando estaba en casa con sus dos hijos y cómo mandó un mensaje con sorna a su marido: “¿Estás intentando matarme?”. Las sospechas iban a más, pero algo en su interior le impedía aceptar la cruel realidad.