¿Qué aeronaves trae actualmente sobre su cubierta el portaaviones USS Gerald R. Ford?

La Marina de los Estados Unidos confirmó este martes a través de una nota que el portaaviones USS Gerald R. Ford (CVN-78) ya se encuentra en el área de influencia del Comando Sur en el océano Atlántico, muy cerca del mar Caribe, donde el presidente Donald Trump ordenó un amplio despliegue militar en contra de los carteles de droga.

En el texto, la Marina estadounidense describió los escuadrones y aeronaves que actualmente se encuentran sobre la cubierta de vuelo del portaaviones USS Gerald Ford.

En primer lugar, al menos tres escuadrones de cazas de ataque usan el modelo F/A-18E «Super Hornet» (Súper Avispón), mientras otro regimiento emplea una ligera variación, el F/A-18F «Super Hornet». Ambas son nuevas versiones del icónico avión biplaza fabricado originalmente por McDonnell Douglas y más tarde por Boeing.

El Super Hornet dispone de un cañón automático interno de 20 mm y en los puntos de anclaje externos puede llevar misiles aire-aire, armamento aire-superficie y múltiples depósitos suplementarios de combustible.

El polivalente F/A-18 Super Hornet es capaz de realizar una infinidad de misiones, tales como: ataques diurnos y nocturnos con armas guiadas de precisión; defensa antiaérea; escolta y apoyo aéreo cercano; supresión de defensas antiaéreas enemigas; o guerra antisuperficie.

Asimismo, el Escuadrón de Ataque Electrónico 142 se encarga de volar el E/A-18G «Growler» (Gruñón), una versión del F/A-18F Super Hornet adaptada exclusivamente a la inutilización de los dispositivos enemigos, principalmente radares y antenas.

Se trata de un avión biplaza cuyo copiloto se encarga de dirigir los ataques electrónicos, como si fuera una especie de «mariscal de campo» del aire.

La principal herramienta del E/A-18G Growler son sus dos contenedores AN/ALQ-99 colgados bajo los pilones de las alas, destinados a interferir las señales de radiofrecuencia enemigas. Además, en la punta de sus alas posee las antenas aerodinámicas fijas AN/ALQ-218.

Por si fuera poco, el Growler también cuenta con los misiles tácticos antirradar AGM-88 HARM, empleados para detectar, atacar y destruir una antena de radar o un transmisor.

El USS Gerald Ford también tiene al menos dos unidades de un modelo clave: el avión E-2D «Advanced Hawkeye» (Ojo de Halcón Avanzado), pilotado por el Escuadrón de Comando y Control Aerotransportado 124 y capaz de operar con continuidad bajo cualquier circunstancia meteorológica.

Esta aeronave con dos motores turbohélice y fabricada por Grumman Aircraft entró en servicio en el año 1964 y, desde entonces, ha recibido innumerables actualizaciones y se ha convertido en la principal defensa de su flota, ya que es capaz de detectar amenazas enemigas a cientos de kilómetros a la redonda con suficiente antelación.

Se estima que, gracias a su radar AN/APY-9, el Advanced Hawkeye inclusive puede identificar aviones furtivos y misiles balísticos.

Aunque no sea un avión que participe activamente durante la batalla, el C-2A «Greyhound» (Galgo) se ha ganado un puesto definitivo en la mayoría de los portaaviones, incluido el USS Gerald Ford, donde es operado por un destacamento del Escuadrón de Apoyo Logístico de la Flota (VRC) 40.

El Greyhound es un derivado del Advanced Hawkeye operado para distribuir cargas y pasajeros entre buques y tierra firme, siendo el único avión de transporte que actualmente es capaz de aterrizar en portaaviones. Se distingue por su amplio portón trasero para carga.

Por último, no podían faltar los helicópteros MH-60S «Seahawk» (Halcón Marino) usados por dos escuadrones de combate marítimo y la versión MH-60R «Seahawk», destinada exclusivamente a ofrecer apoyo logístico a la flota.

La Marina estadounidense no mencionó en su descripción a los cazabombarderos F-35C Lightning II (Rayo II), característicos por ser los únicos de su clase en poder abordar sobre portaaviones gracias a su fortalecido tren de aterrizaje. Sin embargo, la misión antinarcóticos en el mar Caribe ya cuenta con al menos 10 F-35B, adaptados para el despegue y aterrizaje vertical.

Vía lapatilla