«Tengo muchos recuerdos, la verdad. Me encantaba que me protegiera tanto. Siempre fue muy amable. Y toda la experiencia de filmar El Grinch y llegar a conocerlo tan bien, incluso con todo el maquillaje, fue simplemente maravillosa», recordó.
Momsen tenía tan solo cinco años cuando se puso en la piel de la pequeña Cindy-Lou Who para filmar la película. «De joven, ver a un artista trabajar y tomarse su oficio tan en serio me marcó profundamente y dejó una huella imborrable en mi vida adulta. Y me emociona poder decírselo ahora que soy mayor».
Asimismo, confesó que ni siquiera sabía cómo era realmente el rostro de Carrey, porque siempre en el set tenía puestas las prótesis faciales y el rostro verde. No obstante, afirmó que nunca le generó miedo.
«Para mí, siempre fue Jim y siempre estaba maquillado. Era muy protector conmigo, muy amable, divertidísimo, muy expresivo, absolutamente genial. Pero lo curioso es que nunca supe cómo era Jim Carrey porque nunca lo vi, ya que llegaba mucho antes para ponerse las prótesis», recordó.
«No sabía quién era Jim hasta el estreno y alguien tuvo que señalármelo y decirme: ‘Ese es Jim’. Y yo dije: ‘Ah, Jim’», continuó.
Finalmente, señaló por qué considera que la película sigue siendo de las más recordadas en la industria.
«Creo que la gente adora a El Grinch simplemente porque el núcleo de la historia es muy dulce, muy conmovedor y tiene un mensaje muy bueno. Creo que formar parte de algo así, sin importar la edad que te conmueva», concluyó.
Vía caraota