Los 55 de Renée Zellweger: una colección de romances fallidos, una boda de cuatro meses y la dieta de Bridget Jones

“Veo el Oscar en mi habitación, y es como si lo hubiera comprado en una tienda de souvenirs en Hollywood Boulevard”, dijo la ganadora de la estatuilla a la Mejor Actriz de Reparto por Regreso a Cold Mountain (2003), a Los Angeles Times.

Cynthia Serebrinsky 

Pasó casi tres décadas en Hollywood, llamando la atención tanto por su vida pública como privada. Su personalidad encantadora y su talento la convirtieron en una de las actrices más famosas de su generación. Desde sus transformaciones físicas extremas hasta su colección de romances fallidos, de alto perfil. Renée Zellweger es una de esas celebridades que ejemplifica perfectamente el sueño americano.

Salto “accidental” a la fama

Renée Kathleen Zellweger nació el 25 de abril de 1969 en Katy, Texas. Su madre, Kjellfrid Irene Andreassen, es una ex enfermera y partera nacida en Noruega, de ascendencia kven y sueca; su padre, Emil Erich Zellweger, es un ingeniero nacido en Suiza. Por cada estrella de cine descubierta en un centro comercial, banco o pizzería, hay otra que hizo el viaje a Hollywood y mantuvo vivo su sueño en cada casting y audición. En una entrevista con Las Vegas Review Journal, Zellweger reflexionó sobre sus primeros días profesionales, “Tenía 24 años cuando me mudé a Los Ángeles. Realmente no sabía cómo desarrollar mi carrera. Cada trabajo que conseguí siento que lo conseguí por accidente”.

Tras pequeños roles en películas como El último día de clases (1993) y Masacre en Texas: la nueva generación (1995), Zellweger se topó con su accidente más feliz: Jerry Maguire (1996). Cameron Crowe, el director del film, audicionó a varias actrices, pero ni Gwyneth Paltrow ni Mira Sorvino tenían lo que Crowe buscaba. En una entrevista con Deadline, el director recordó haber pensado durante el casting, “Ni siquiera tiene que ser una estrella. Quizás sea mejor si no lo es”. Crowe agregó, “Renée encajó perfectamente en esa parte del rompecabezas”. El encargado del casting recomendó a Zellweger, y el resto es historia.

La dieta de Bridget

Zellweger se robó los corazones de la audiencia en Jerry Maguire (1996), pero fue su interpretación de El diario de Bridget Jones (2001) la que la catapultó al estrellato. La protagonista era británica, por lo que el casting de la estadounidense generó polémica. Según la BBC, actrices con mayor trayectoria fueron consideradas para el papel durante dos años, incluidas Helena Bonham Carter y Emily Watson, pero el encanto de Renée conquistó a los productores.

La texana no sólo tuvo que perfeccionar su acento británico, lo cual hizo y obtuvo críticas excelentes, sino que también debió cambiar su físico. Un tema recurrente en la película es la tendencia de los treintañeros a sentirse incómodos con su peso. Zellweger le dijo a la revista US que aumentó 9 kilos para hacer el personaje, pasando de 50 a 59 kilos en unos meses. A pesar de la descripción de la heroína como “gordita”, el Post se apresuró a señalar que 59 kilos en el cuerpo de 1.62 de Zellweger estaba lejos de ser dañino. De hecho, está dentro del peso normal para una mujer de esa estatura.

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