Crisis de papel periódico ponen en apuros a los medios impresos
La centralización del suministro de papel por parte del gobierno desde el año 2013 a través de la Corporación Editorial Alfredo Maneiro y la eliminación de la compra de insumos por medio de importadoras o los propios periódicos acarreó una crisis de materia prima para los medios impresos, que para finales de este mes pudiera vivir su etapa más difícil.
Carlos Eduardo Carmona, presidente del diario El Impulso de Barquisimeto y también representante del Bloque de Prensa, informó que para los últimos días de febrero está previsto que la Corporación Maneiro reciba un barco con bobinas de papel, las cuales deben ser distribuidas según los requerimientos de cada periódico; de no ser así, la crisis se podría agravar.
Carmona señaló que el impacto inmediato en la escasez de papel se traduciría en una mayor reducción de la paginación que, a su vez, incidiría en la disminución de la circulación de los periódicos.
Marco Ruiz, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, destaca que esa situación “afecta el derecho al trabajo, la libertad de expresión y la información. El espacio es insuficiente para recoger las diferentes versiones sobre un hecho y se reduce la posibilidad de desarrollar trabajos de investigación”.
El presidente de El Impulso señala que migrar a Internet no es la opción más rentable, debido a que el servicio en el país es deficiente y los equipos son sumamente costosos. Los medios radioeléctricos tampoco representan una alternativa, la censura y la autocensura ponen en riesgo la difusión de informaciones incómodas para el gobierno. “Hay un plan C, pero uno no quiere pensar en eso. Se trata del cierre; sin embargo, hasta el mejor general planifica su retirada”, expresó Carmona.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa denunciará ante la Comisión de Medios de la Asamblea Nacional la situación de los medios impresos en el país y espera que el derecho de palabra sea el próximo 17 de febrero. Por otra parte, exige al gobierno que, a través del Centro Nacional de Comercio Exterior, las importadoras o las casas editoriales puedan tener acceso a las divisas para la adquisición de papel.
Además, proponen la creación de un comité de trabajadores que haga contraloría para evitar que el papel sea revendido.