La insólita historia del actor colombiano que estudió en Venezuela y se salvó de milagro tras la explosión en Beirut (+Fotos)
Imagen referencial. Fuente: Maduradas
El actor y bailarín Carlos Valencia Marín, de 34 años de edad, nació en Buga, pero se crío y educó en Tuluá, ambas ciudades del centro del Valle del Cauca, Colombia.
Decidió estudiar actuación en Venezuela y después en Cali. Como actor logró algunos papeles en series de televisión en Bogotá y obras de teatro en la capital del Valle. También ha trabajado como profesor de baile, reseñó El Tiempo.
Hace unos cuatro años, Valencia conoció a Sonia Schulz, una abogada alemana, que estuvo de viaje vacacional a Cali. Desde ese día comenzó una relación que después se convirtió en romance, a distancia, según le contó su hermana Carolina Valencia al programa televisivo La Campana CNC Tuluá, dirigido por Marcela Cortés y William Loaiza Amador.
“Es una historia bonita al hacer mi hermano ese cambio tan drástico para estar al lado de ella. Han estado juntos en momentos bonitos y ahora con esta situación mucho más unidos”, indicó Carolina.
Cuando a la abogada la trasladaron hace más de un año a Beirut, Líbano, ambos decidieron que era el momento de mudarse juntos. Por tal razón, se casaron en diciembre pasado y se quedaron viviendo en la capital de esa nación.
Su esposa cumplía sus tareas diplomáticas por Alemania en esa ciudad portuaria de un millón de habitantes. De acuerdo con los allegados, esa misión se iba a cerrar a mediados de este agosto, cuando saldrían de Líbano
Pero el pasado martes 4 de agosto, como a todos los habitantes de Beirut, fueron sorprendidos por dos grandes explosiones que dejaron decenas de fallecidos y miles de heridos.
A la hora de la tragedia se encontraban en el piso 14 de un edificio donde residían, al igual que algunos compañeros de trabajo de Shulz. De acuerdo con lo que han comentado, ellos vieron una especie de juegos pirotécnicos y decidieron bajar al primer piso. En ese instante vinieron los estallidos que dejaron el ambiente lleno de polvo, paredes caídas y vidrios rotos.
Bajo la conmoción, Valencia le dio ánimo a su esposa para lograr salir a la calle, ante el temor de un colapso del edificio.
En el camino, unas personas les dieron agua. Después vieron a un hombre que sacaba lesionada a su cónyuge y le pidieron el traslado en carro a un hospital. El viaje duró casi una hora en medio de la destrucción y el desconcierto por la brutal explosión de presuntamente 2.700 toneladas de nitrato de amonio que estaban almacenados de forma insegura en un depósito de la zona portuaria.
Sonia Schulz sufrió laceraciones en varias partes del cuerpo y cortaduras en los pies al salir descalza del edificio. Mientras que Valencia terminó con fracturas en las dos manos y el codo izquierdo, además de lesiones en la rodilla izquierda y el pie derecho. No sabe cómo logró caminar y estuvo a punto del desmayo en la ruta al hospital.
Su hermana Carolina narró que la familia se preocupó mucho porque no contestaban las llamadas. Solo dos horas más tarde del hecho, en un contacto con un pariente de la abogada Schulz se pudo saber que estaban en el hospital.
“Después hablé con mi hermano y me contó que estaban vivos de milagro“, dijo Carolina.
Carlos Valencia Marín.
