Asesinó a su esposa, a sus tres hijos y al perro en su casa de veraneo, y durmió junto a los cadáveres durante semanas

El hedor en el 202 Reserve Place de Celebration se había vuelto imposible de disimular. Durante semanas, nadie en el exclusivo complejo de casas vacacionales, a un kilómetro del fastuoso Walt Disney World de Florida, EEUU, sospechó que tras las cortinas cerradas yacía la evidencia de uno de los casos más desconcertantes de los últimos años.
Fue el 13 de enero de 2020, cuando agentes federales del Departamento de Salud y Servicios Humanos llegaron a la vivienda alertados por los vecinos, reseñó People. Finalmente la puerta cedió ante la orden de allanamiento, Anthony Todt, descalzo y en ropa interior, descendió con dificultad las escaleras. Su mirada extraviada, gestos descoordinados y murmullos incoherentes solo sembraban más dudas entre los policías. Arriba, sobre la cama, la escena era estremecedora.
En el dormitorio principal yacían los cuerpos momificados de Megan, Aleksander (13 años) y Tyler (11 años). La pequeña Zoe, de 4 años, fue hallada bajo una manta a los pies de la cama, en avanzado estado de descomposición, lo que dificultó su localización inicial. El perro de la familia, Breezy, también fue encontrado sin vida. El fuerte olor y el estado de los cuerpos evidenciaban que llevaban semanas en el lugar.
Autopsias y confesiones contradictorias
Las autopsias, realizadas por la Oficina del Médico Forense del Condado de Orange y publicadas dos meses después, revelaron que Megan y sus dos hijos varones habían sido drogados con difenhidramina (Benadryl) y apuñalados.
En el caso de Aleksander y Tyler, las heridas de arma blanca se produjeron después de la muerte, y los informes sugirieron que los tres niños probablemente murieron por asfixia o estrangulamiento, aunque la descomposición impidió determinar la causa exacta.
En los primeros interrogatorios, reseñó NBC, Anthony Todt confesó haber asesinado a su familia, argumentando que intentaba “salvarlos del apocalipsis”. Sin embargo, posteriormente se declaró inocente y cambió su versión, responsabilizando a su esposa.
En una carta escrita desde la cárcel, presentada como prueba por la fiscalía, Todt afirmó que Megan había matado a los niños dándoles un “pastel de Benadryl” mientras él no estaba en casa, y que luego se suicidó ingiriendo una botella de Benadryl y apuñalándose en el abdomen.
Según su relato, la mujer actuó motivada por un supuesto fervor religioso y la creencia de que así protegía a su familia del fin del mundo. Todt sostuvo que su confesión inicial buscaba encubrir las acciones de su esposa.
Vía lapatilla