Nueva Zelanda lanza un programa genético que permitirá criar ovejas ‘ecológicas’ con baja emisión de metano
Por razones naturales, la ganadería es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. En su mayor parte, esto se debe al proceso digestivo de los animales rumiantes. Así, la ONU estima que el sector ganadero es responsable del 37 % del metano (CH4) producido por la actividad humana.
No obstante, Nueva Zelanda —que cuenta con seis ovejas per cápita y cuya economía reside básicamente en la crianza de estos animales— ha desarrollado una técnica para reducir la emisión de metano de los rumiantes y así hacer frente al calentamiento global.
Según comunicó en su sitio web la empresa Beef + Lamb New Zealand, una de las principales compañías ganaderas del país, los investigadores han elaborado un sistema para detectar las ovejas que menos CH4 emiten.
El valor genético
El hecho es que no existe un valor promedio de gas generado por las ovejas: algunas especies producen más, otras menos. Por este motivo, los especialistas han desarrollado un índice especial (valor genético), que permite determinar qué tan ‘ecológica’ es una u otra oveja, para luego cruzarlas entre sí y obtener una descendencia menos ‘contaminante’.
Las emisiones de metano producidas por un rebaño se pueden medir con cámaras portátiles especiales entregadas a granjas locales por el Instituto de Investigación de Ciencias Agrícolas de Nueva Zelanda, AgResearch. Los pastores colocan a sus ovejas dentro de estos recintos y, en 50 minutos, sus dispositivos muestran cuánto gas se ha generado durante este periodo.
Y aunque tal forma de reducir las emisiones de CH4 no traerá resultados tangibles en el futuro cercano, este método es acumulativo y no tiene ningún impacto negativo en la productividad, aseguran.