Gallegos en Venezuela: no se entiende que el país haya llegado adonde está
La espera por los resultados oficiales de las elecciones parlamentarias del pasado seis de diciembre se vivió con cierta “intranquilidad” tanto en Venezuela como en Ourense, ciudad que forma parte de la comunidad de Galicia, España, reseña Sumarium.
De acuerdo a laregion.es, en Venezuela están registrados 14.285 ourensanos, de los cuales nacidos en la provincia sólo son 5.356.
“Aunque son muchas las expectativas ante este nuevo panorama, aún estamos alerta ante una última jugada que el gobierno pueda hacer a su favor. Es todavía bastante la incertidumbre, aunque no hay duda de que se ha abierto un camino muy importante e interesante”, manifestó Lino Javier Vázquez, de 38 años e hijo de ourensanos.
El padre de Lino Javier, que comparte nombre con su hijo, abandonó Galicia en el año 1958 para buscar un mejor futuro para su familia, sin embargo, ahora debe afrontar una nueva emigración a partir del mes de enero hacia Panamá acompañado esta vez por su hijo, su nuera y sus dos nietos.
“Él se lo toma con alivio. Mi padre no puede entender como después de tanto y tanto trabajar en este país para que sus hijos tuvieran algo bueno, un futuro, Venezuela haya llegado adonde está, esto no se lo podía creer nadie hace unos años. Mis padres tuvieron un negocio de estacionamiento durante unos 30 años, y hace tres lo tuvimos que cerrar porque estábamos trabajando con pérdidas”, aseguró el ingeniero en sistemas, quien también relató que su hermano emigró hace nueve meses a Chile.
Vázquez indicó que la razón para irse de Venezuela es la inseguridad: “Hace seis meses intentaron secuestrar a mi mujer, y tenemos dos niños pequeños. Así no se puede vivir, además de todas las carencias. Mi padre necesita medicamentos y hace cuatro meses que no hay esas medicinas. Me gustaría poder quedarme en mi país, pero no es posible”.
“Y si estás dentro de la cadena de distribución de algo que les interesa, te lo expropian, o si tienes una empresa que gana en un momento dado, pues también le meten mano”. Añade que estas elecciones “son una esperanza para el cambio político y económico, que puede ser relativamente rápido, pero tendrán que pasar varias generaciones para un cambio cultural y social. Son ya 17 años viviendo de cara a que el estado te dé cosas, y de que quien tiene algo, es malo”, dijo
Asimismo, expresó que le hubiese gustado irse a España, pero acotó que “allí las cosas tampoco están bien, y somos una familia de cinco personas que necesita ingresos”.