Resuelto el misterio de los puntos brillantes sobre Ceres
El planeta enano Ceres, el objeto más grande del principal cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, sorprendía hace unos meses a los científicos con la aparición en su superficie de unas intrigantes manchas blancas brillantes, de origen desconocido, reseñó ABC.
Ahora, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Goettingen, Alemania, ha logrado arrojar luz sobre el misterio gracias a las imágenes obtenidas por la nave Dawn de la NASA.
Los científicos han descubierto que aunque la superficie de este mundo es oscura como el asfalto, existen 130 manchas claras, con un brillo que varía desde el del hormigón al de un océano helado. Estas áreas brillantes suelen aparecer en cráteres de impacto. Las mediciones espectrales sugieren que probablemente están compuestas de sulfatos de magnesio hidratado, aunque otras composiciones son posibles.
Las manchas fueron vistas por primera vez en el centro del cráter Occator, de 90 km de ancho y 4 de profundidad, poco antes de que la sonda Dawn llegara a su destino el pasado marzo. Entonces se formularon todo tipo de hipótesis sobre su presencia: ¿eran volcanes? ¿Depósitos de sal? ¿Rocas que afloran a la superficie? ¿O masas de hielo?.
Pues bien, según explican los autores del nuevo estudio, que publica este miércoles la revista Nature, el suelo de este cráter contiene un agujero central cubierto de material brillante, el cual muestra evidencias de la sublimación de agua helada que provoca nubes de bruma, probablemente hechas de hielo y partículas de polvo, que aparecen y desaparecen a un ritmo diurno.
Ya el pasado mayo la NASA adelantaba que los misteriosos puntos de luz sobre la superficie de Ceres podían deberse al «reflejo de la luz del Sol sobre un material altamente reflectante en la superficie, posiblemente hielo».
Estos resultados implican que Ceres es el primer cuerpo grande del principal cinturón de asteroides que muestra una actividad de sublimación como un cometa, lo que, para los investigadores, es consistente con la noción de que el hielo existe en muchos lugares del Sistema Solar.