Científicos firman un código ético para luchar contra la mala praxis en la investigación
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) y CRUE Universidades Españolas han firmado este miércoles una Declaración Nacional sobre Integridad Científica, con la que pretenden prevenir la mala praxis en la ciencia española.
Según ha explicado el presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, el texto que tiene como principal destinatario los jóvenes científicos que empiezan una carrera investigadora, establece una serie de principios éticos y responsabilidades en la actividad investigadora como la honestidad, la objetividad, la imparcialidad y la confianza que «se sitúen en la base de las relaciones entre científicos y entre éstos y la sociedad», reseñó ABC.
Entre los principales puntos de este documento, destaca que las investigaciones deberán hacerse «respetando la dignidad del ser humano y la autonomía de su voluntad, protegiendo los datos de carácter personal,garantizando el bienestar de los animales y preservando el medio ambiente».
También compromete a los científicos a hacer «un uso responsable de los medios y recursos disponibles, administrándolos y gestionándolos conforme a los criterios de economía, transparencia y eficacia».
Además, según el texto, «los investigadores colaborarán con sus instituciones en la promoción de la buena praxis en la investigación, en la integridad científica, asó como en la identificación, tratamiento y gestión de las desviaciones de las buenas prácticas».
Para los tres organismos firmantes, dada la contribución de las instituciones de I+D al desarrollo de la ciencia y la tecnología, éstas «deben asumir la responsabilidad de que los principios fundamentales de la ética profesional informen la actividad científica». En este sentido, tanto Lora-Tamayo, como los presidentes de COSCE y CRUE, Nazario Martín y Segundo Piriz, respectivamente, se han mostrado abiertos a que otros actores de la I+D+i española se unan a este documento.
Según apuntan los firmantes del documento, no es que ahora haya una mayor falta de ética en la investigación, sino que existe mayor información y más técnicas para su detección y se han descubierto más casos. Del mismo modo, el presidente de la CRUE ha destacado que esta iniciativa debe ir encaminada a conseguir una ciencia de excelencia y que debe ser «una hoja de ruta para hacer ciencia sólo a través del camino de la honradez y de la transparencia».
En cuanto a los casos, han indicado que hay algunos que se conocen porque abarcan más portadas, pero se ha referido también a otros que suceden «en el día a día», como estudiantes que trabajan sin sueldo a la espera de que llegue el dinero de la beca, investigadores que participan en un proyecto de forma colateral y luego no aparecen en la publicación, o los casos más llamativos, como el plagio o la inveción de datos y resultados.
En este sentido, el presidente del CSIC ha resaltado que en muchos casos existen «presiones» a científicos, ya sea para que hagan un número de publicaciones al año; para conseguir un premio o una financiación; o simplemente el ego del propio científico. «Pero la ciencia es como la justicia española, va lenta pero acaba poniendo a cada uno en su sitio», ha declarado Martín.
Preguntados por si las empresas podrían ejercer presión en los proyectos que financian para que los resultados nunca perjudiquen su actividad, Piriz ha señalado que todo actor que tenga superioridad sobre otro tiene la posibilidad de que esto suceda aunque, no cree que «esta sea la práctica habitual».
Finalmente, el presidente de la CRUE ha pedido «más dinero público y privado para la investigación», resaltando que se trata «de invertir no de gastar», «deberíamos tener, al menos, el doble de dinero de lo que se está invirtiendo ahora», ha apuntado.