¿Cruzar las piernas es realmente dañino para la salud?

 

Se cree que el adormecimiento, la mala postura y las varices son consecuencias de cruzar las piernas. ¿Están en lo cierto?

Se cree que el adormecimiento, la mala postura y las varices son consecuencias de cruzar las piernas. ¿Están en lo cierto?

Mucha gente prefiere cruzar una pierna por encima de la otra al sentarse. ¿Pero es realmente sano hacerlo? La lista de supuestas consecuencias incluyen desde un aumento de la presión sanguínea, hasta tener varices o daños a los nervios, pero hay que examinar cada una de ellas para ver qué hay de cierto, reseña eme de mujer.

Es verdad que si pasas demasiado rato en la misma postura, al final se te puede dormir la pierna o el pie. Esto es porque cruzar las piernas puede poner presión sobre el nervio peroneo situado detrás de la rodilla, lo que hace que tengas esa sensación temporal.

Sin embargo, mantener una misma postura durante muchas horas puede causar una patología llamada parálisis del nervio peroneo, lo que provoca que no puedas levantar la parte delantera de tu pie y tus dedos.

Pero cuando en un estudio realizado en Corea del Sur se analizaron las notas tomadas por una serie de pacientes para identificar las causas, entre ellas no figuraba sentarse con una pierna sobre la otra. En realidad, el entumecimiento a largo plazo es una consecuencia poco probable de cruzar las piernas, porque solemos cambiar de posición en cuanto nos sentimos incómodos.

¿Y la presión?

En un estudio realizado en una clínica especialista en hipertensión de Estambul, los investigadores tomaron varias medidas de la tensión, con las piernas cruzadas y sin cruzar.

Resultó que la presión sanguínea era más alta cuando se cruzaban las piernas, pero cuando se tomaba la tensión solo tres minutos después de descruzarlas, la presión sanguínea volvió a sus niveles anteriores.

Se han propuesto dos explicaciones posibles:

Una es que la acción de poner una rodilla sobre la otra envía sangre de las piernas hacia el tórax, lo que resulta en más sangre bombeada desde el corazón, lo que aumenta la presión.

Una explicación alternativa es que el aumento de la presión por el ejercicio isonométrico de los músculos de las piernas (sin mover las articulaciones), aumenta la resistencia de la sangre que pasa por los vasos.

Para establecer cuál de estas explicaciones era más probable, un estudio en Nijmegen en Holanda tomó una serie de medidas fisiológicas.

El equipo concluyó que la resistencia en los vasos sanguíneos no aumentaba cuando el ritmo cardiaco era bajo y las piernas estaban cruzadas, pero la cantidad de sangre que salía del corazón sí aumentaba, lo que sugiere que el aumento en la presión sanguínea se debe a que cruzar las piernas hace que suba más sangre al corazón.

Várices y articulaciones

Pero aunque cruzar las piernas no provoque un aumento de la presión sanguínea a largo plazo, ¿qué pasa con las várices?

No se ha demostrado que cruzarlas sea un factor crucial en este caso, ya que parece que es una cuestión que se debe, al menos en parte, a la genética.

En cuanto al impacto de cruzar las piernas sobre las articulaciones, un estudio concluyó que las personas que se sientan con las piernas cruzadas por más de tres horas al día tienen más probabilidad de echar los hombros hacia delante y tener mala postura.

Pero otro estudio más reciente concluyó que si la gente se sentase recta mientras cruza las piernas, no se producirían esos problemas de postura.
¿Beneficios?

Encorvarse no suena bien, pero si te gusta cruzar las piernas quizás te guste oír sobre un estudio de la Universidad Centro Médico de Rotterdam que concluyó que hacerlo puede tener beneficios.

Los investigadores examinaron a hombres y mujeres jóvenes sentados con las piernas rectas, cruzadas a la altura de las rodillas y cruzadas al mismo tiempo sobre la rodilla y sobre los tobillos.

Luego simularon los ángulos exactos de la postura en cuatro pelvis embalsamadas, lo que les permitió medir exactamente qué hacen nuestros músculos cuando nos sentamos.

Encontraron que cruzar las piernas sobre la rodilla aumenta el alargamiento del músculo piriforme, situado por debajo de la articulación de la cadera, un 11% si se compara con sentarse con las piernas rectas, y un 21% si se compara con mantenerse de pie.

Los autores creen que esto aumenta la estabilidad de las articulaciones pélvicas igual que cuando se tensan los músculos abdominales.

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