Una “tigra”, Delcy Rodríguez, al mando de la Constituyente
Delcy Rodríguez, quien preside desde este viernes la Asamblea Constituyente venezolana, es una de las más aguerridas defensoras de la revolución chavista, con una beligerancia tal que el presidente Nicolás Maduro la bautizó la ‘tigra’.
Hija de un dirigente comunista asesinado en 1976, esta abogada de 48 años fue canciller de Maduro desde diciembre de 2014 hasta junio pasado, cuando dejó el cargo para postular a la Constituyente.
Como ministra de Relaciones Exteriores le prodigó un rosario de insultos al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a quien llamó “malhechor” y “mercenario” por impulsar sanciones contra Caracas.
También protagonizó duras peleas con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, a quien tilda de “fracasado”, y con el de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, al que llama “perrito faldero del imperio”.
Cuando dejó la cancillería, Maduro la condecoró con la espada de Bolívar -principal honor patrio- por haber “defendido como una tigra” al gobierno socialista.
Bajo su gestión, Venezuela inició el retiro de la OEA y fue suspendida del Mercosur, donde la funcionaria protagonizó un alboroto al intentar ingresar por la fuerza a una reunión del organismo el 14 diciembre último.
“Si nos sacan por la puerta, nos metemos por la ventana”, desafió la primera mujer canciller de Venezuela tras el episodio, del que salió con un brazo lastimado.
TRATO DULCE
Su fervor frente a los micrófonos contrasta con un tono dulce en el trato directo. “Mi amor”, “mi vida” son expresiones habituales de esta mujer morena, de cabello negro y anteojos de carey.
Sin embargo, fiel a su línea dura, este viernes rugió ante Estados Unidos, que amenazó con sanciones económicas a Venezuela si seguía adelante con la Constituyente, y otros países que rechazan la iniciativa.
“No se equivoquen (…). Imperio, salvaje y bárbaro, no te metas con Venezuela”, dijo.
También reservó una dosis para la oposición: “Si no toma el camino democrático y de la acción política, se impondrá la justicia. ¡Esta Constituyente llegó para hacer justicia!”, dijo Rodríguez entre aplausos, tras juramentar en el salón elíptico del Parlamento, de mayoría opositora.
“Desde mañana mismo vamos a actuar”, advirtió la asambleísta, quien el pasado sábado afirmó, en entrevista con la AFP, que la Constituyente no es para “aniquilar al adversario”.
Fue propuesta como cabeza de la Constituyente por el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, a quien las apuestas daban como titular del órgano que reescribir, como un “suprapoder” y por tiempo indefinido, la Constitución promulgada por el fallecido Hugo Chávez en 1999.
Sin embargo, no se siente una figura poderosa del chavismo. “No se trata de poder, sino de fidelidad a un proyecto histórico”, declaró a la AFP.
VENA IZQUIERDISTA
La influencia de Delcy Rodríguez en la política ha crecido paralelamente a la de su hermano mayor, Jorge, prominente líder oficialista. Jorge heredó el nombre de su papá y Delcy el de su mamá.
Eran niños cuando su padre, Jorge Antonio Rodríguez, fue asesinado en los calabozos del servicio de inteligencia durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979).
Ambos fueron fieles a la ideología del padre mientras crecían en El Valle, zona popular del oeste de Caracas. Dirigentes estudiantiles en la Universidad Central de Venezuela (UCV), él se graduó de psiquiatra y ella de abogada.
Los hermanos Rodríguez simpatizaron con Chávez desde su intentona golpista en 1992 contra el segundo gobierno de Pérez (1989-1993). Chávez fue “un rayo de luz”, dice la excanciller.Especializada en derecho social en París, fue directora de Asuntos Internacionales del Ministerio de Energía y Minas en 2003, además de ministra del Despacho de la Presidencia en 2006 y coordinadora de la vicepresidencia en 2007. Su hermano, entonces, era vicepresidente.
Una discusión con Chávez, según la prensa local, provocó su alejamiento de las mieles del poder, hasta la llegada de Maduro, quien la designó ministra de Comunicación e Información y luego canciller. AFP