Un final inquietante: los siete días en que la esposa de Gene Hackman ya no pudo cuidarlo

Antes de que Gene Hackman desapareciera de la vida pública en su ciudad adoptiva de Santa Fe, Nuevo México, los residentes veían a la envejecida estrella de cine en el campo de golf o en su camioneta o paseando a sus queridos perros por la encantadora ciudad del oeste, entre mezquites, enebros y pinos piñoneros. Su esposa, Betsy Arakawa, estaba a menudo junto a él. Había muchas cosas de su vida que ella manejaba. Organizaba los partidos de golf con sus amigos. Controlaba su dieta, dados los problemas de corazón que le habían perseguido durante décadas. Diluía su vino con agua con gas. Mecanografiaba y editaba las novelas que él escribía a mano. Al parecer, también asumió el papel de única cuidadora mientras él sufría los devastadores efectos del Alzheimer. Treinta años más joven que él, debió de haber planeado atenderlo hasta el final, en la casa que compartían.

Por eso, el viernes, resultó aún más impactante que las autoridades de Nuevo México revelaran más giros oscuros en el misterio de cómo murió la pareja el mes pasado en su casa de cuatro dormitorios, oculta por los árboles al final de una lujosa calle sin salida al este de la ciudad. Las autoridades dijeron que la pareja murió por causas naturales, él de una enfermedad cardíaca y ella de una infección vírica poco frecuente. Pero fue Arakawa (la cuidadora, amante, protectora) quien falleció primero, quizá el 11 de febrero, dejando a Hackman, de 95 años y con Alzheimer avanzado, solo en la casa durante días. Se cree que murió una semana después, el 18 de febrero.

Sus cuerpos en descomposición no se descubrieron hasta pasados otros 8 días, cuando un trabajador de mantenimiento llamó a un guardia de seguridad para que acudiera a la casa después de que nadie abriera la puerta. Los trabajadores de urgencias encontraron a Arakawa, de 65 años, en el suelo de un cuarto de baño, cerca de un frasco de medicamentos y pastillas derramadas. Zinna, una de sus tres perros, estaba muerta en una jaula dentro de un armario. El cadáver de Hackman fue descubierto en un hall de la casa, con pantuflas y un bastón. La médica forense jefe de Nuevo México dijo el viernes que la enfermedad de Alzheimer había contribuido a la muerte de Hackman. Arakawa murió de Hantavirus, que se contrae por exposición a excrementos de roedores, a menudo el ratón ciervo o norteamericano de Nuevo México.

Es posible que nunca se conozcan los detalles exactos de lo que ocurrió en la casa en el transcurso de aquella semana. Amigos y vecinos dijeron que la pareja se había recluido cada vez más en los confines privados de su casa de la ladera desde el inicio de la pandemia de Covid. Pero la cronología presentada el viernes plantea la aterradora posibilidad de que Hackman, veterano de los marines y actor de consumada precisión y control, haya pasado días en presencia de su esposa fallecida, demasiado desorientado o débil para pedir ayuda, básicamente atrapado en la hermosa y apartada casa que había sido su recompensa a una vida de trabajo en el foco de atención pública.

Hackman se sintió atraído por Santa Fe a finales de la década de 1980, poco después de divorciarse de su primera esposa. Ya había recibido un Oscar por su papel protagonista en el thriller de 1971, Contacto en Francia. Otro Oscar, como actor secundario en el western de 1992 Los imperdonables, llegaría más tarde.

Por La Nación

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