Los seis grandes cambios que tendría el mundo con el regreso de Donald Trump a EE.UU.
Como ambiciosa, larga y controvertida es calificada la lista de promesas con las que Donald Trump regresa al poder en Estados Unidos.
Desde su campaña electoral, el republicano aseguró que su primer día en la presidencia marcará la “liberación de Estados Unidos” y ha anunciado planes para revertir las políticas del saliente Joe Biden, desatando críticas de expertos y líderes mundiales por su viabilidad, pertinencia y legalidad.
Desde migración hasta su promesa de acabar con las guerras, pasando por alzas a las importaciones y sus ambiciones de expandir las fronteras del país, estos son los seis retos claves que el presidente número 47 de Estados Unidos busca enfrentar.
Migración: mano dura y deportaciones masivas
Trump promete la “mayor deportación en la historia” de EE. UU., endurecer fronteras y restringir ingresos legales e ilegales, argumentando que la migración irregular aumenta la criminalidad, pese a estudios que lo contradicen. Amenaza con deportar a 11 millones de indocumentados, usar una ley de 1798 para acelerar procesos de expulsión y declarar emergencia nacional desde el primer día.
También busca eliminar la ciudadanía por nacimiento, imponer la pena de muerte a migrantes homicidas y ampliar vetos a países “plagados por el terrorismo”.
Sin embargo, para implementarlo, enfrenta desafíos legales, la posible oposición social y el riesgo económico de perder un millón de empleos directos debido a la salida de la fuerza laboral migrante.
En cuanto al derecho de suelo, garantizado por la Constitución en la decimocuarta enmienda, Trump no podrá abolirlo por simple decreto.
Impuestos a la importación, en el eje de la discusión económica
El nuevo presidente planea aranceles de hasta 60 % a importaciones chinas, 25 % a Canadá y México, y hasta 20 % al resto del mundo, incluyendo la Unión Europea. No obstante, según expertos, su enfoque podría causar tensiones comerciales globales y afectar cadenas de suministro con quienes son sus principales socios en el mercado.
Mientras que, en el ámbito doméstico, promete reducir impuestos corporativos del 21 % al 15 % para empresas que fabriquen en EE. UU. con el objetivo de aumentar el empleo.
Por El Tiempo