El incidente ocurrió durante un control de rutina, cuando los agentes fronterizos notaron que la pasajera no mostraba señales de movimiento ni respuesta. Ante las preguntas de los oficiales, el hombre aseguró que la mujer “estaba dormida”. Sin embargo, su actitud levantó sospechas, lo que llevó a los agentes a solicitar la intervención de un médico. Fue entonces cuando se confirmó que la mujer había fallecido.
La fallecida, de nacionalidad austríaca, habría muerto en Bosnia por causas naturales mientras pasaba unas vacaciones en compañía del hombre detenido, quien según medios locales como el croata 24 Sata, sería su tutor legal.
El detenido admitió que pretendía repatriar el cuerpo a Austria para evitar los trámites burocráticos y el alto costo del transporte funerario internacional. Según expertos, la repatriación funeraria puede costar entre 3.000 y 6.000 euros, dependiendo del destino y los servicios requeridos. Además, a este costo se suman los gastos asociados a un funeral o cremación que suelen oscilar entre 3.000 y 3.500 euros.
Este proceso implica complejas gestiones administrativas, desde la obtención de permisos hasta el cumplimiento de estrictas normativas sanitarias, lo que explica el alto costo de trasladar un cadáver a través de fronteras internacionales.
La policía entregó el cuerpo de la mujer a los servicios funerarios para su manejo adecuado. Con respecto al hombre privado de libertad, tendrá que enfrentar un proceso judicial. Las autoridades croatas continúan investigando para determinar si el detenido incurrió en algún delito más allá de intentar evadir las normativas funerarias internacionales.