Donald Trump o Kamala Harris: las desconocidas historias de amor de los aspirantes a la Casa Blanca
Si hay alguien a quien los republicanos deben agradecer por la llegada de Donald Trump a la presidencia en 2017, es a Melania Trump. Poco después de que el magnate asumiera la presidencia como el mandatario número 48 del país, en una de las contadas entrevistas que ha concedido la enigmática primera dama, ella misma confesó que lo presionó para que se postulara como candidato. “Sabía que ganaría y que lo haría muy bien”, dijo Melania.
Para entonces, completaban ya más de dos décadas juntos. Se habían conocido en 1998, en la Semana de la Moda de Nueva York, por los tiempos en los que la eslovena era una despampanante modelo. Trump tenía 52 años y ella solo 28. El mediático noviazgo terminó en matrimonio en 2005 y lo celebraron por todo lo alto, con una espectacular ceremonia en Palm Beach, Florida.
Ya para ese momento el país sabía que el corazón de Trump le pertenecía a la sensual actriz Marla Maples. Y poco después, con Trump ya divorciado y Marla en embarazo, su padre no vio con buenos ojos que Donald viviera en unión libre. Pero, la nueva unión duraría solo tres años. De la misma, quedaría Tiffany Trump, a quien la prensa estadounidense ha bautizado como la hija más distante del multimillonario.
Nada de eso importó para que Melania se enamorara del empresario, 24 años mayor que ella, con quien tiene un hijo, Barron. Y por el que varias veces se ha visto metida en el centro de la polémica. Como en la campaña presidencial de 2016, cuando criticaron su pasado como modelo de desnudos y como migrante, una población que Trump convirtió en uno de los focos de ataques de sus dos candidaturas. En ese entonces, Melania se vio obligada a explicar que cumplió todos los pasos para convertirse en residente en Estados Unidos y luego en ciudadana del país. “Seguí la ley”, aclaró.
El “primer caballero”
Una cita a ciegas tiene al abogado judío Douglas Emhoff a punto de convertirse en el “primer caballero” —como él mismo bromea— de Estados Unidos. La historia es así: la cita la organizó, una década atrás, en 2013, una amiga en común de Emhoff y Kamala Harris, la candidata demócrata y primer mujer afro en aspirar a la Casa Blanca, después de que el actual mandatario Joe Biden diera un paso al costado en medio de las presiones de su partido. Con todo listo, la amiga llamó a la abogada, para entonces fiscal general de California, y le dio un consejo: “Se llama Doug Emhoff, pero prométeme que no lo buscarás en Google. No lo pienses demasiado. Simplemente queda con él, ya le he dado tu número. Te va a buscar”.
Pero Kamala, hija de madre india y papá jamaiquino, no hizo caso. Y lo que vio en internet le gustó tanto, que llegó al encuentro confiada en que ese sería el comienzo de una larga relación. No se equivocó. Un año después, el 22 de agosto de 2014, la pareja se casó en una pequeña ceremonia oficiada por la hermana menor de la novia, Maya.
Lo hicieron con la amorosa complicidad de los dos hijos del abogado, Cole y Ella, bautizados así en honor a John Coltrane y Ella Fitzgerald. Desde entonces, ambos llaman cariñosamente “momala” a la candidata, un juego de palabras con su nombre y el vocablo yiddish ‘mamaleh’, que traduce mamá pequeña. Esto enternece a Kamala, quien nunca en la vida se propuso ser madre. Los hermanos son hijos de un anterior matrimonio de Emhoff, con Kerstin Emhoff, una productora con quien estuvo casado hasta 2008 y que, como dato curioso, se lleva de maravilla con la candidata. De hecho, desde 2019 ayuda a Kamala en su aspiración presidencial.
Al conocer a Kamala, Douglas no se guardó nada. Y le confesó que su anterior matrimonio se había quebrado en parte por culpa de una infidelidad suya con una niñera, Najen Naylor, a quien dejó embarazada, pero que después perdió al bebé. Un episodio de su vida que luego Emhoff narró en exclusiva para la cadena CNN, en horario estelar: “Durante mi primer matrimonio Kerstin y yo pasamos por momentos difíciles debido a mis acciones. Asumí la responsabilidad y en los años posteriores, hemos superado las cosas como familia y salido fortalecidos”.
Por SEMANA