Hombre intentó asesinar a toda su familia tras fuertes problemas con su esposa, pero se quedó sin balas

Lawrence Reed, de 56 años, fue declarado culpable por asesinar a su esposa Valarie Junius y condenado a cadena perpetua por intentar balear a sus cuatro hijastro.

Semanas antes del trágico suceso, la familia Reed decidió tomarse unas vacaciones en Chicago, sin imaginar el infierno que se desataría en su hogar de Katy, Texas.  

Aislado y sumido en una espiral de ira, Lawrence Reed comenzó a enviar mensajes inquietantes a su esposa, revelando una obsesión enfermiza y mencionando un arma. 

Al regresar a casa, los familiares, aterrorizados por las amenazas, realizaron una búsqueda frenética y hallaron una pistola calibre 40, la cual escondieron en un desesperado intento por protegerse. 

La relación entre Reed y su esposa se había deteriorado, marcada por constantes discusiones. A pesar de ello, el 29 de julio de 2021, Reed intentó reconciliarse escribiéndole una extensa carta expresando su amor.  

Sin embargo, en lugar de entregarla en persona, le envió un mensaje de texto insistente, pidiéndole que subiera a su habitación para leer la carta delante de él. Ella, junto a sus hijos y su nieto, se negó repetidamente a atender su petición. 

Despidiéndose de sus hijos, de ocho y cuatro años, que lo acompañaban, Reed bajó las escaleras con una determinación macabra. Lo que nadie sospechaba era que llevaba oculta otra arma.  

Tras una breve conversación con su esposa, sacó la pistola y disparó a bocajarro contra su hijastra de 20 años, impactándola en el corazón, los pulmones y el hígado. 

El estruendo del disparo desató el caos. La mujer, junto a sus hijos, huyó despavorida de la casa. Reed, cegado por la furia, disparó indiscriminadamente, hiriendo a su esposa, quien logró escapar.  

Durante la frenética búsqueda, Reed encontró a su esposa y a su hijo de 16 años escondidos cerca del auto de un vecino. Sin dudarlo, disparó dos veces contra el adolescente, hiriéndolo gravemente mientras este protegía a su madre.  

La mujer, al ver a su hijo herido, se convirtió en blanco fácil. Reed la ejecutó a sangre fría. Mientras tanto, los otros niños, aterrorizados, huyeron de la casa buscando refugio. 

Los vecinos, alertados por los disparos, salieron de sus casas y trataron de auxiliar a las víctimas. Uno de ellos intentó reanimar a la mujer, pero Reed, con una brutalidad inimaginable, lo amenazó con su arma y lo obligó a abandonar su intento. Incluso a su propio hijo, que intentaba ayudar a su madre, lo amenazó de muerte. 

EL HORROR NO HABÍA TERMINADO


El horror no había terminado. Reed, con una determinación macabra, volvió a entrar en la casa. Al llegar la policía, se atrincheró y amenazó con disparar a cualquiera que intentara entrar, pero se quedó sin balas.  

Mientras tanto, la joven de 20 años, gravemente herida, logró ponerse en pie y esconderse en un armario junto a su bebé. Desde allí, con la muerte acechando a la vuelta de la esquina, logró comunicarse con el 910.  

Tras 49 angustiosos minutos, las autoridades lograron rescatarla a ella y a su bebé sin ser detectados por Reed. La joven fue llevada de emergencia al hospital, donde los médicos lucharon por salvar su vida. 

CONDENA


Reed fue declarado culpable por un jurado de asesinato y condenado a cadena perpetua. 

«Este hombre inició un tiroteo en su propia casa, disparando a tres personas a las que decía amar», dijo la Fiscal Kim Ogg.  

«Un maltratador puede herir, mutilar y matar a cualquiera que se encuentre en su camino. Casos como este son la razón por la que tenemos una División de Violencia Doméstica, y víctimas inocentes como esta son la razón por la que trabajamos tan duro para que se haga justicia». 

Reed también fue declarado culpable de dos cargos de agresión con agravantes a un miembro de la familia por disparar a otras dos personas durante el tiroteo.

Con información de Univisión

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