“Me vieron flotar por la ventana”: la historia de la ama de casa que afirmó haber sido secuestrada por extraterrestres
“Me vieron flotar por la ventana, yendo hacia arriba bajo un rayo de luz”, asegura Linda Napolitano, la ama de casa neoyorquina madre de dos chicos que denunció haber sido abducida por un platillo volador en pleno Nueva York y haber sido sometida a experimentos. Abducción extraterrestre en Manhattan, título del documental que Netflix estrenará el 30 de este mes, basado “en una historia real”, compartirá entrevistas realizadas a Linda, la mujer de la que habló todo Estados Unidos a finales de los 80s cuando denunció el hecho.
Cuándo la gente te escucha ¿te llaman loca?, le preguntaron en un programa de radio: “Escucha… Me gustaría estar demente. Al menos eso tiene tratamiento”. El caso cobró tanta relevancia y fue tan creíble que publicaron su experiencia no solo los medios especializados en ufología, sino también los tradicionales. La razón es que fue considerado el caso de abducción más importante del siglo por un solo motivo: aparecieron 23 testigos del hecho. Personas que la vieron flotando en el cielo. “Creí que era una película, de efectos especiales”, comentó uno. La serie pretende reconstruir la historia real detrás de uno de los mayores misterios de la mano de Linda, 35 años después.
El de la plataforma de streaming no es el primer documental dedicado al tema. Otro bajo el nombre La abducción alienígena del siglo fue estrenado en 2022 por Abduction Studios y su temática va más allá de una mujer convencida de haber sido secuestrada por un ovni en medio de la noche. Intervienen personajes misteriosos, que la persiguen, intentan matarla.
El documental comienza con un episodio previo a la “abducción”. En abril de 1989 el ufólogo Budd Hopkins recibió una carta de la mujer neoyorquina, que vivía en un piso 12 del Lower East Side. Le contaba que había notado un bulto cerca de su nariz y que tras haber sido sometida a exámenes le habían dicho que había sido operada en su infancia. Algo que ella no recordaba ni entendía que fuera así.
Luego de esta correspondencia, Hopkins la invitó a su oficina, donde hablaron más de una hora, pero sin abordar el tema de la supuesta operación de la que no tenía registro. Luego fue invitada a unas sesiones grupales de apoyo en casos de abducción que daba el especialista. En esas rondas, Linda se limitó a escuchar historias de luces en el cielo, seres de otros mundos y objetos implantados en sus cuerpos. Todavía no había mucho para contar.
Por poco tiempo.
El 30 de noviembre de 1989 era una noche fresca de finales de otoño. Linda había dado las buenas noches a sus dos hijos pequeños y se dispuso a dormir junto a su esposo.
Pasadas las 3 de la mañana, la mujer contó haberse despertado con una extraña sensación. Que alguien la observaba. Sintió que había alguien a los pies de su cama. Miró para todos lados y vio un cuerpo en la oscuridad de la habitación. “Una pequeña criatura de cuerpo esquelético, con una cabeza grande, con ojos completamente negros”, describió. Un ser 1,20 metros de altura que efectivamente la estaba mirando. La mujer, que naturalmente entró en pánico, relató que intentó despertar a su marido, pero en su mente escuchó un “callate”. Tal vez un mensaje telepático, imaginó.