La desesperación de los familiares de los detenidos tras protestas en Venezuela
“Ayúdenos, por favor, los medios internacionales son nuestra única esperanza”, me dice con la cara llena de lágrimas y la voz quebrantada Coralia García, una señora de 58 años.
“Tienen que informar sobre las injusticias que están pasando aquí, porque en Venezuela ya no hay medios ni hay justicia”, añade.
García tiene dos días acudiendo a las afueras de Zona 7, un centro preventivo de reclusión de la Policía Nacional Bolivariana.
Viene a brindarle compañía y apoyo moral a su amiga, Jenny Merentes, cuya hija es una de las más de 1.200 personas que han sido detenidas en las protestas que estallaron en varias zonas del país tras el anuncio del Consejo Nacional Electoral que dio como ganador de la elección presidencial a Nicolás Maduro, con el 51% de los votos.
Merentes, quien vive en Carpintero, un barrio popular en Petare, en el este de Caracas, me cuenta al borde de las lágrimas que su hija, Wendy Milanés, fue detenida injustamente.