Un médico forense reveló las causas de muerte del niño que fue forzado a hacer ejercicio por su padre
En el quinto día del juicio por asesinato de Corey Micciolo, el niño de seis años que perdió la vida luego de que su padre Christopher Gregor lo obligara a correr en la cinta porque estaba “gordo”, el patólogo forense Thomas Andrew fue llamado al estrado y compartió detalles sobre los motivos detrás del fallecimiento. Durante más de 15 minutos, el especialista habló sobre las causas del deceso, reconstruyó las últimas horas del menor y reveló hallazgos de la autopsia.
En primera instancia, Andrew aclaró: “Fui contactado por primera vez por la Procuración del Condado de Ocean en septiembre de 2021. Me pidieron que revisara material vinculado a la muerte de Cory Micciolo con el objeto de que les ofreciera mi opinión sobre la causa y forma en la que él murió. Quiero dejar en claro que no realicé la autopista. Aquel procedimiento fue llevado a cabo en abril de 2021 por el Dr. Dante Ragassa, de la Oficina de Medicina Forense del Condado de Ocean”.
Luego, precisó a qué tipo de material tuvo acceso para sacar sus conclusiones sobre el caso: “Pude ver imágenes que mostraban los tejidos orgánicos del fallecido. También pude leer los registros médicos de tres hospitales diferentes -Centro Médico del Condado, Centro Médico de Jersey Shore y Hospital South Ocean- a los que acudió y los provistos por pediatra. Supervisé expedientes policiales y registros telefónicos, y pude visualizar además el video de Corey en una máquina de correr”.
Hechas ambas distinciones, el profesional de la salud dio su veredicto sobre las causas detrás de la muerte del infante: “Tras revisar todo el material, concluí que Corey, de seis años de edad, murió por lesiones de impacto contundente en el pecho y abdomen, una laceración en el corazón, una contusión pulmonar y una laceración y contusión en el hígado”. Más adelante, ahondó sobre la forma en la que se produjo el fallecimiento del pequeño oriundo de Nueva Jersey.
“Fue un homicidio”, dijo simple y llanamente. Luego, explicó: “En patología forense solamente hay cinco formas de morir: muerte natural, accidente, suicidio, homicidio o, en casos más raros, indeterminadas. En el caso de Corey, estas lesiones no pudieron haber sido ocasionadas por él mismo de ninguna manera. No fue un suicidio. Estas lesiones, dado el patrón y distribución de las mismas, son consistentes con haber sido infligidas por otra persona. En consecuencia, cualquier muerte que tenga vínculo con acciones de otra persona es considerada, desde el punto de vista médico, un homicidio. La muerte de Corey fue a manos de otra persona”.
Las últimas horas de Corey y los hallazgos de la autopsia
Sobre el final de su exposición, Andrews contrastó la primera visita de Corey al médico con sus últimos momentos. “La primera vez que recibió atención médica fue en el Centro Médico de Jersey Shore, tenía varios moretones en varias partes del cuerpo. Ninguno de ellos fue el causante de la muerte. Incluso, en ese momento se encontraba estable, normal y hasta conversaba. Habló con el doctor, contó lo que había pasado. No hubo problema alguno”, recordó en principio.
“Poco después, el joven se presentó nuevamente en un centro hospitalario. Visitó en compañía de su madre el Hospital South Ocean. Cuando llegó, se encontraba en condición médica alarmante. Estaba color ceniza, gris, en estado de shock. Medianamente, estaba inestable. Con la intención de saber qué es lo que le estaba pasando, se intentó realizar un tomografía computada. Mientras se llevaba a cabo, Corey sufrió un paro cardíaco”.
El patólogo forense concluyó con los resultados de la autopsia, entregados a su persona por el Dr. Ragassa: “Durante el procedimiento, se volvieron a encontrar varios hematomas en el cuerpo. Fueron los primeros hallazgos internos. Luego, se descubrieron anormalidades internas.