“No se ven”: Se mudó a Chicago y al llegar vio algo que casi nadie revela
De acuerdo con la publicación, la mujer de origen judío, es del área de la Bahía, sin embargo, en 2015 se mudó a Eugene, Oregon para estudiar arquitectura de interiores. Al graduarse volvió a cambiar de residencia, ahora a Portland, en donde comenzó a trabajar en una gran compañía en 2020.
Después de tres años decidió que quería vivir en una ciudad más grande, pero accesible, así que tomó sus maletas y se fue a Chicago, en donde si bien la renta es más cara, los sueldos son mejores, así que sigue siendo asequible para ella, relató para el medio citado.
El ‘detalle’ de Chicago que ensombrece su brillo
Aunque, en general, Jessica Krishner dice que se ha adaptado muy bien a su nueva vida, también reveló que se dio cuenta que en Chicago hay ratas. Aunque aclaró que es lo peor que le ha pasado y sólo vio una en una ocasión, señaló que eso jamás le pasó en Portland: “ahí no se ven”. Este hecho la dejó sin palabras y un poco decepcionada.
Otro aspecto que resaltó que no le gustó Chicago es que en sus palabras, esta ciudad prácticamente no cuenta con cultura ciclista. Si bien, hay bicicletas para alquilar, casi no hay ciclovías y le parece casi peligroso andar en bicicleta, lo cual fue bastante impactante para ella viniendo de Portland.
Pese a estos aspectos, Jessica asegura que aunque no conocía a nadie en Chicago, en poco tiempo ha logrado crear un buen círculo de amigos y se ha adaptado con facilidad al ritmo de vida de la Ciudad del Viento.
A través de la publicación mencionada, la diseñadora de interiores también relató que su nueva casa está muy cerca de centros comerciales, tiendas, discotecas, bares y restaurantes, por lo que tiene muchas opciones para disfrutar de su tiempo libre.
Business Insider asegura que Chicago sigue siendo asequible en comparación con otras grandes ciudades como Los Ángeles, San Diego, el Área de la Bahía o Nueva York.