Qué fue la “Gran Niebla” de Londres que dejó más de 12 mil muertos en solo cinco días: un suceso sin precedentes

La niebla es uno de los fenómenos meteorológicos más comunes. Pequeñas gotas de agua entran en suspensión y producen un efecto que reduce notablemente la visibilidad. Así, cuanto más densa y espesa sea, menos será la distancia a la que podamos ver. Existen diversos tipos, aparentemente inofensivos, pero también está el caso de la niebla ácida. Una de sus manifestaciones menos probables, y a su vez, más peligrosas. En Londres, hace más de 50 años, vivieron un suceso sin precedentes al que llamaron “la gran niebla”. Esta peculiaridad, presente en cinco días, dejó más de 12.000 muertos.

Fueron cinco días perdidos en la oscuridad. Literalmente, la capital británica se levantó aquel 5 de diciembre de 1952 totalmente ciega; el humo denso no dejaba ver nada, miraran donde miraran los ciudadanos, solo había un color blanquecino que no distinguía una farola. En un principio, la ciudad del Támesis no se alarmó, pues las nieblas en esta época del año son algo común. Pero a medida que iban pasando las horas y la niebla densa no se desvanecía, los británicos se iban dando cuenta de que no era algo normal.

Aquel día había comenzado el que sería el peor fenómeno de contaminación atmosférica en la historia de Europa occidental. Un día antes, un anticiclón había provocado la ausencia total de viento en Gran Bretaña, que además derrumbó las temperaturas y provocó que el área metropolitana de Londres se pusiera quemara mucho carbón.

Fábricas, vehículos y viviendas expulsaron una gran cantidad de dióxido de carbono y hollín, que mezclados con la humedad, se convirtió en una densa niebla que paralizó la ciudad. Aquella capa de “smog” causó grandes perturbaciones al reducir la visibilidad.

Por La Razón 

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