“Soy la única” Inmigrante venezolana sobresale en industria liderada por hombres en Nueva York

Rafaela Altube

Rafaela Altube

Cuando Rafaela Altube pidió trabajo en la bodega del Food Bank del Bronx, su ahora jefe la miró con escepticismo.

Varias mujeres habían intentado ser montacarguistas en este sitio, pero no duraban en el puesto.

“Soy la única mujer entre puros hombres”, cuenta esta inmigrante venezolana.

“(Mi jefe me dijo) Aquí hay puros hombres. Yo he tenido mujeres, pero no aguantan, no duran”.

“¿Pero ¿qué tengo que hacer? No, es esto (cargar y transportar productos). Pero y o no veo nada difícil. Yo he hecho cosas peores”, cuenta sobre su primera entrevista.

Ahora, Rafaela es la única mujer que trabaja en este centro de distribución de comida.

Todos los días se pone los guantes y prende su montacargas con el que recorre los 90,000 pies cuadrados del almacén.

Carga en sus pallets comida, latas, refrescos que serán entregados en las despensas que tiene esta organización en varios condados.

“Por ejemplo cuatro cajas de arroz, dos cajas de salsa de tomate y así hasta llenar todo el trabajo”, explica Rafaela.

Esta venezolana comenzó a trabajar hace ocho meses.

La hispana dejó su país por la necesidad y en busca de una oportunidad y tras pasar una ardua travesía para llegar a Nueva York, el trabajo que realiza no le parece tan pesado como repetir esa aventura.

“Desde que uno sale de su casa es todo tan incierto. Entonces me ha tocado pasar por tantas cosas y solucionar tantas cosas de golpe que pues de verdad esto que hago para mí es muy fácil, es lo más fácil que hay”, añadió.

Luego de enrolarse como montacarguista, logró cambiar la percepción de su jefe, que ahora le reconoce su labor.

“Tu trabajo es impecable. No tengo que repetirte las cosas. Entonces yo le dije: ¡ahh viste!”, relató emocionada.

Además, Rafaela asegura que el que su trabajo ayude a otras personas lo hace muy gratificante.

“ Yo sé cuánto vale acercarle a la boca un trozo de pan, una manzana, lo que sea. Es una gratificación que va directamente al corazón, explicarlo con palabras es un poco difícil”, concluyó.

Rafaela trabaja para la organización Food Bank que entrega a diario miles de comidas a personas de bajos recursos en Nueva York.

Esto como parte de sus esfuerzos para combatir la inseguridad alimentaria en la Gran Manzana, que estiman afecta a 1.2 millones de personas.

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