México abrirá nueva sede migratoria en medio de un desierto

Autor: LUIS TORRES, Luis Torres Crédito: EFE

La nueva estación migratoria de México será ubicada en las ruinas de la antigua aduana interna de Ciudad Juárez, en el kilómetro 72 de la carretera Panamericana, que ha permanecido abandonada desde 2013

El gobierno de México planea la inauguración de una nueva estación migratoria en el árido desierto de Chihuahua, a 72 kilómetros al sur de Ciudad Juárez. El comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, informó sobre esta iniciativa como respuesta al trágico incendio que ocurrió hace casi un año en las instalaciones del Puente Lerdo, donde perdieron la vida 40 migrantes.

“Estamos en la integración de un albergue en el kilómetro 72, lo que era la garita, para poder tener un espacio adaptado para la habitabilidad de los migrantes”, indicó Garduño durante su presentación ante las autoridades, citado por la agencia de noticias EFE. Esta medida surge como una solución necesaria ante la carencia de instalaciones migratorias tras el siniestro en Ciudad Juárez.

La nueva estación migratoria será ubicada en las ruinas de la antigua aduana interna de Juárez, en el kilómetro 72 de la carretera Panamericana, que ha permanecido abandonada desde 2013. Al respecto, Garduño expresó: “Estamos en eso, estamos aprobando la empresa que la está reparando”.

La reconstrucción de estas instalaciones es crucial para garantizar condiciones adecuadas para los migrantes.

La situación migratoria en Ciudad Juárez se ha vuelto especialmente complicada desde el incendio en la estación migratoria el año pasado. “En este tiempo, el Instituto de Migración ha contado con dos estancias para familias migrantes en Ciudad Juárez, una en las instalaciones del Cruce Internacional Zaragoza y se habilitó una carpa-albergue con capacidad para 300 personas cerca del cruce internacional Lerdo-Stanton”, señaló Garduño.

Las nuevas instalaciones distan considerablemente de la ciudad, ubicándose a 72 kilómetros en medio de la nada, en la carretera entre Ciudad Juárez y Chihuahua. A pesar de su ubicación remota, estas instalaciones desempeñarán un papel crucial en la gestión migratoria en la región.

Las instalaciones abandonadas de la antigua aduana cuentan con un terreno extenso de 20 hectáreas y varios edificios, incluido uno principal de 800 metros cuadrados y otro secundario de 350 metros cuadrados, así como seis cobertizos para vehículos. No obstante, según informes de EFE, estas instalaciones se encuentran vandalizadas y en mal estado, lo que requerirá una inversión significativa para su rehabilitación.

En cuanto al flujo migratorio, Garduño enfatizó su magnitud histórica: “Es evidente que el flujo migratorio es históricamente extraordinario, no se había dado este fenómeno en el mundo”. Esta situación evidencia la complejidad del fenómeno migratorio y la necesidad de encontrar soluciones adecuadas y humanitarias para abordar los desafíos que plantea.

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