“No paraba de llorar”: Le robaron el auto hace 30 años y su hijo le hizo el regalo más emocionante de su vida

En 1993 a Carlos le robaron su tesoro, un Renault 4, mientras estaba estacionado en la puerta de su casa de La Paternal. “Íbamos a ir a lo de mi abuela y cuando salimos no estaba. Mis viejos se pusieron re mal, era la impotencia de que te roben y encima era el primer auto que se habían podido comprar”, contó a TN Eduardo Ancarola Marqués, el hijo de Carlos, quien 30 años más tarde le regaló a su padre el mismo modelo totalmente restaurado.

Aquel robo y el amor que su papá sentía por ese auto fue tan grande que Eduardo siempre lo contaba entre sus conocidos. Un día, de visita en el taller de un amigo, vio un viejo Renault 4 “todo destartalado”. “Era de un colega de él que lo tenía de 0 km y me dijo ‘¿por qué no se lo comprás?’, y ahí arrancó la aventura”, indicó. Una travesía que terminó luego de tres largos años de trabajo y con la emoción indescriptible de su padre.

Eduardo le entregó el auto a Carlos el lunes para su cumpleaños. (Foto: gentileza Eduardo Manuel Ancarola Marqués)

La odisea que Eduardo creyó que duraría “no más de 6 meses” y una determinada cantidad de plata se fueron duplicando, tanto el tiempo como en dinero: “La idea era dárselo para su cumpleaños de 2020 y no llegamos, y lo fuimos pateando para navidad 2020, reyes de 2021 y así hasta que finalmente pudimos terminarlo tres años después y se lo dimos el lunes pasado, en su cumpleaños”.

“El auto se lo compré a este conocido de mi amigo a 40 mil pesos en 2020. Estaba totalmente destartalado pero andaba. Igualmente, cuando empezamos a arreglarle cosas íbamos encontrando más y más detalles para hacerle. Eso que creíamos que eran 6 meses de trabajo, se convirtieron en tres años”, contó entre risas.

Lo llevó al taller con la excusa de mostrarle el auto de un amigo. (Foto: gentileza Eduardo Manuel Ancarola Marqués)
Lo llevó al taller con la excusa de mostrarle el auto de un amigo. (Foto: gentileza Eduardo Manuel Ancarola Marqués)

A pesar del arduo trabajo y la gran cantidad de plata que gastó, aseguró que “todo valió la pena al ver la cara de su padre”. “Con todo lo que le puse al Renault me podía comprar un 0 km, pero es indescriptible la emoción que tenía papá. Acariciaba el volante, que era de madera como el que tenía”, agregó.

Misión restauración

“Fue todo un tema encontrar los repuestos, imaginate que estamos hablando de un auto de más de 30 años. Por suerte encontré un grupo en Facebook de restauradores del Renault 4, que tiene más de 30 mil miembros, conté con el apoyo y la colaboración de todos ellos”, recordó en diálogo con TN y detalló que cada una de esas partes que necesitó las fue recolectando a lo largo y ancho del país. Todo en secreto.

Así comenzó a restaurar el Renault 4. (Foto: gentileza Eduardo Manuel Ancarola Marqués)
Así comenzó a restaurar el Renault 4. (Foto: gentileza Eduardo Manuel Ancarola Marqués)

“En realidad lo más difícil fue que mi tía no dijera nada. Todos los domingos me preguntaba ‘¿y? ¿Cuándo se lo entregamos?’, hasta que le mostraba las fotos de en qué condiciones estaba ese auto y me dijo ‘ah falta un poquito, ¿no?’, recordó entre risas

El momento de la entrega y la emoción de la familia

Carlos fue operado hace 10 años por un cáncer en la garganta, un golpe duro para la familia, pero con el tiempo lo pudo superar y seguir adelante. El lunes 16 era su cumpleaños y el martes 17 tenía que volver a someterse a una cirugía para que le cambien la válvula que le permite comer con normalidad.

“Ese lunes él no quería hacer nada porque estaba medio bajoneado por la cirugía del día siguiente, pero lo llevábamos al taller con una excusa tonta, cuando vio el auto le dijimos que era de un cliente de mi amigo y cómplice, el mecánico”, recordó.

Armó un álbum con todo el proceso de los tres años de restauración. (Video: gentileza Eduardo Manuel Ancarola Marqués)

“Le comenzamos a mostrar fotos de la restauración que llevó tres años y la última foto era un montaje, el auto terminado con una foto de la época en que mi viejo tenía su auto, en la que está conmigo y mi hermano en brazos”, contó emocionado y agregó: “A medida que iba pasando las fotos había cartelitos explicándole qué se le fue haciendo al auto y cuando llegó a la última le pusimos ‘ahora es tu turno de manejarlo’ y no lo había entendido, le dijimos ‘es tuyo viejo’ y ahí rompió en llanto”.

De esta forma, Eduardo buscaba que Carlos supiera todo el trabajo que costó dejarlo tal cual era el suyo. “Un Renault 4 a nuevo lo conseguís, pero hacerlo de cero es más lindo, y era lo que yo quería hacer, dejarlo tal cual era el suyo”, concluyó totalmente emocionado al cumplirle el sueño a su papá luego de 30 años.

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