Jean Carlo Simancas se quiebra y confiesa que aún no ha superado el suicidio de su esposa Maye Brandt (+Video)

El actor Jean Carlo Simancas habló sobre el suicidio de su primera esposa, la Miss Venezuela 1980 Maye Brandt, ocurrido hace 41 años.

Durante una entrevista con el periodista Luis Olavarrieta, Simancas señaló que conoció a Brandy de una manera extraña cuando lo invitaron a comer junto a varias personalidades de poder en Venezuela.

«Yo estaba conversando y me tropiezo con dos ojos verdes, esa mirada inolvidable hasta el día de hoy, y yo preguntó quién son esos ojos y me dijeron no seas tonto tú sabes quién es, es Miss Venezuela Maye Brandt y al lado estaba Joselo, él se para se va al baño y yo me siento al lado de ella y me pongo a hablar con ella», recordó.

Señaló haberse enamorado de ella, vivir una relación muy intensa, y haberle pedido muy pronto que se casara con él.

«Al mes y medio de conocernos le dije, ‘o te casas conmigo, o me voy a morir’. Y pese a las opiniones contrarias de su padre, su madrastra, la prensa, de  todo el mundo, lo hicimos, nos casamos. Fue un tiempo hermoso, el asedio era muy fuerte y constante. Tanto que decidimos que a la casa no entraban revistas ni artículos para resguardarnos, pero no fue suficiente», lamentó.

Sin embargo, recalcó que Brandt terminó por quitarse la vida dejando en él una marca de dolor que no ha podido superar.

«Ese dolor no merma porque fue una cosa que de repente se te fue de las manos, no la fuiste soltando (…) Yo estuve con mi analista y especialista en suicidio y él trató de explicármelo de mil maneras y nunca terminé entendiéndolo. Él me dijo que cuando una persona es suicida, se suicida, antes o después. Y yo decía que era imposible, que los seres humanos tenemos salvación, Cristo vino para salvarnos, ¿cómo que los seres humanos para la psicología no tienen salvación¿ ¿Por qué pasó? No lo sé. Fue un golpe demasiado tremendo y son demasiados años pensando en la misma tontería, sabiendo que no lo voy a solucionar, porque el dolor no lo voy a solucionar jamás», reconoció Simancas.

Recordó también aquel lo que vivió tras el suceso: «Ese día yo me iba para el baño, los policías me seguían. Igual para el cuarto. Yo preguntaba por qué esa persecución y ellos me decían que era para que yo no cometiera ninguna tontería. Pero honestamente, yo no pensaba hacerlo. Creo que la vida es tremendamente respetable,  que tenemos que respetarla hasta el final y luchar por ella, porque es demasiada responsabilidad que tenemos al estar vivo. Es un regalo, don y no puedes pisotearlo».

 

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